Solo los medios justos producen resultados justos

 Mahatma Gandhi

 

La resistencia civil es una forma de acción política consistente en la ejecución de estrategias que no conllevan violencia contra el adversario con el que se sostiene un conflicto, sino que se orientan a seducir a la opinión pública para que voluntariamente decida no seguir obedeciendo o colaborando con él.Tres atributos han hecho la diferencia entre el éxito y el fracaso de los movimientos no violentos alrededor del mundo: unidad, planificación, y disciplina no violenta.  Atención Venezuela.

El éxito de movimientos pacíficos alrededor del mundo con protagonistas y causas tan diversas como la humanidad misma, va contra la suposición de que el poder en última instancia proviene del monopolio de la violencia. Si esta suposición fuera completamente correcta, ni Gandhi ni Mandela ni tantos otros que siguieron su ejemplo, habrían podido triunfar contra sus temibles adversarios.

Según Hardy Merriman (2010), si aceptamos el axioma que dice que en la política “el poder nunca es dado, siempre es tomado”, la conclusión es que los movimientos históricos no violentos han tenido éxito porque, de algún modo, ejercieron un poder mayor al de sus oponentes. El poder de la No violencia.

Las Huelgas, los boicots, las manifestaciones de masas y el establecimiento de instituciones paralelas junto a otras muchas acciones creativas, fueron los instrumentos usados para lograrlo.

Por nuestra coyuntura cabe hablar de la figura de los gobiernos en el exilio. Durante la Segunda Guerra Mundial, numerosos gobiernos y monarcas europeos, ante la expansión de la Alemania nazi, se vieron forzados a buscar refugio en el Reino Unido, estableciendo allí sus gobiernos en el exilio.

La eficacia de un gobierno en el exilio depende principalmente del apoyo que pueda obtener de gobiernos extranjeros, por una parte, y de la población de su país, por el otro. Algunos gobiernos en el exilio pueden convertirse en una fuerza formidable, lo que representa un grave problema para el rival en la posesión efectiva del país, mientras que otros se mantienen principalmente como un gesto simbólico con poco efecto sobre la situación real. Ejemplo doloroso: el Tibet.

¿Dónde está la clave del éxito? Obviamente cada caso es distinto; sin embargo, pareciera haber acuerdo en que para que la resistencia tenga éxito hay tres elementos que no deberían faltar: unidad, planificación y disciplina.

La unidad es importante porque los movimientos no violentos sacan su fuerza de la participación de la gente. Los números importan. Entre más gente apoye un movimiento, más clara es su legitimidad, poder, y el repertorio táctico. Los movimientos efectivos han tenido que abrirse incluso a los que deciden desertar de las filas de su opositor. El movimiento anti apartheid en Sudáfrica (1955-1992) fue capaz de recoger apoyo extendido y de crear la unidad para la causa del cambio, aún entre algunos partidarios blancos quienes inicialmente habían apoyado el sistema de desarrollo separado. El premio Nobel de la paz compartido por Mandela y el entonces presidente F.W. de Klerk da cuenta de cómo el sentido histórico de estos dos hombres pudo impedir una guerra civil que se consideraba inevitable.

La planificación estratégica juega un rol capital. No se puede vencer a un oponente armado únicamente por los actos espontáneos e improvisados de resistencia, incluso si tales actos son bien ejecutados.  Un caso que se suele citar en este sentido es el de Polonia en la década de los 80 y el rol crucial jugado por Lech Walesa para dirigir y apoyar la huelga general espontánea que prendió al país, en aquel entonces sometido a un régimen comunista.  Lo logró gracias a la creación del Comité de Coordinación de Huelga (Międzyzakładowy Komitet Strajkowy), que más tarde legalizaría como Comité de Coordinación Nacional del Sindicato Libre Solidaridad, plataforma que lo llevó a la presidencia de la República.

Finalmente, una estrategia solo es eficaz si es ejecutada de un modo disciplinado. El riesgo más grande para los movimientos de este tipo es que algunos miembros puedan hacerse violentos, o que haya infiltrados que inciten a la violencia. Por lo tanto, la disciplina no violenta – la capacidad de la gente para permanecer no violenta, aún ante provocaciones- debe ser objeto de campañas permanente durante la lucha.

Recientemente, el gobierno de Macron en Francia ha usado la violencia observada en París y en otros lugares para afirmar que el movimiento de los chalecos amarillos es ilegítimo y antidemocrático. La acción no violenta niega a las autoridades esta línea de ataque. Por el contrario, la violencia utilizada contra los movimientos pacíficos ayuda a construir su propia legitimidad y obtener respaldo mundial.

Los ojos del mundo están puestos en Venezuela. La cita es el 23 de enero.Hay demasiado en juego. Para que el resultado sea el esperado habrá que tener en cuenta las lecciones de la historia.

@mariagab2016

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *