Ante la desenfrenada acción “diplomática” de la actual Cancillería, convencida de que debe salir de todo aquel organismo internacional que le exija cumplir con los compromisos establecidos en sus respectivos Tratados Constitutivos, sólo cabe decir que no quieren entender que no es posible romper con las obligaciones internacionales, ya que se ha consolidado una arquitectura planetaria por lo que si sale de un organismo, siempre lo abrazaran obligaciones establecidas en otras instituciones similares,  por lo que parafraseando el titulo de la célebre película de Milos Forman y Jack Nicholson, el gobierno venezolano quedará siempre “Atrapado y sin Salidas”

Uno de los primeros organismos subregionales de los cuales se salió de manera intempestiva fue la Comunidad Andina de Naciones. Pero luego, regresa. Los problemas de salud obligaron al gobierno a acudir a la sub-región como se evidencia con  la reunión esta semana en Caracas del  Organismo Andino de Salud, Convenio Hipólito Unanue, adscrito al Sistema Andino de Integración desde 1998 para definir las acciones conjuntas de salud en la región. A pesar de la actitud desestabilizadora de la Casa Amarilla al rechazar la visión integracionista subregional, cuando le conviene se olvida de sus acciones anteriores para tratar de utilizarlo a su beneficio. Pero esta vez, los Directivos de la Academia Nacional de Medicina, y Ex-Ministros de Salud se dirigieron el 3 de Mayo a los Ministros de Salud de los Países Andinos presentes en Caracas,  para destacar la verdadera crisis hospitalaria que sufre Venezuela por incumplir con los compromisos regionales en materia de Salud, quedando el gobierno “atrapado sin salida” en su propio laberinto.

La pregunta que deben hacerse los diplomáticos del gobierno, es ¿por qué salir de la CAN  para luego terminar utilizando sus organismos?  ¿Por qué presentar propuestas para desequilibrar instituciones ya existentes en la CAN como la creación del Fondo de la ALBA, en el que se invirtieron tantos recursos que no sirvieron para nada, para luego solicitar los créditos de la CAF? Pero si el argumento es que queríamos ser miembros de MERCOSUR, nada le valió ingresar a ese organismo para pretender ideologizarlo con los aliados del Foro de Sao Paulo, ya que a la larga los Gobiernos volvieron a exigir que se cumplan  las reglas del MERCADO COMUN DEL SUR y además, de la cláusula democrática prevista en el Protocolo de Ushuaia.

El ridículo del gobierno al querer dejar de ser miembro de la OEA, y pretender lograr éxitos en el  CELAC o UNASUR, muestran su ignorancia diplomática, ya que los gobiernos de la región  que votan en la ONU, la OEA, MERCOSUR, asumen la misma posición en organismos como el CELAC, tal como se evidenció en el reciente fracaso diplomático sufrido por la Canciller en la Reunión de Ministros de la CELAC en San Salvador, en la que asistieron tan solo cuatro Cancilleres, lo que muestra que la Diplomacia Rojita esta “atrapada y sin salida”

La denuncia a la Convención Interamericana de Derechos Humanos para eludir las responsabilidades impuestas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (que por lo demás son obligatorias por tener rango Constitucional), no pudieron ser eludidas, puesto que al salirnos de ese mecanismo interamericano de defensa de los Derechos Humanos, no escapamos de compromisos similares que derivan de la aplicación de la Carta de las Naciones Unidas,  a través del Alto Comisionado de Derechos Humanos y los diversos Comités de Derechos Humanos. Antes no intervenía la ONU porque existía un organismo regional, que era el responsable de pronunciarse. Pero al denunciar ese Tratado,  se aplica la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Allí también quedamos “atrapados sin salida”, esperando ahora que a algún sabio internacionalista del sector oficial no se le ocurra recomendarle a Maduro que nos salgamos de la ONU

Podríamos seguir dando ejemplos en el que se destacan las contradicciones que derivan de la megalomanía de desequilibrar lo existente, sin lograr construir un nuevo orden mundial, que mas bien nos aleja de nuestro patrimonio interamericano, y nos acerca a dictaduras del estilo de Bashar Al-Assad en Siria, Robert Mugabe de Zimbabwe o su nuevo amigo Recep Erdogan de Turquía, sin dejar de recordar a sus viejos camaradas Sadam Hussein del Irak o Muammar Gaddafi de Libia, todos ellos no sólo nos dejan “atrapados sin salida” sino que además nos alejan de nuestra especificidad histórica y cultural iberoamericana.

@milosalcalay

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