Para el chavismo, tanto en el plano interno como en el internacional, todo es condicional. Deberían ir calculando que sin “real” se pierde fuerza, mientras esa ambigüedad hace ruido. Muchos habrán recordado ayer a un Nicolás Maduro (Ex-Canciller) que, en el caso de Honduras (2009), argumentaba que la aplicación Carta Interamericana era una necesidad y un avance. En el actual contexto, la Carta Interamericana es, según recientes declaraciones del Presidente venezolano, una entelequia y una herramienta imperial. ¿Y entonces?

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, trajo al debate la aplicación de la Carta Democrática Interamericana con respecto al caso de Venezuela, y hoy la región se enfoca en una crisis que cada quien evalúa desde sus zapatos. A continuación algunos datos interesantes en relación a este histórico hecho:

–       Es la primera vez que se llama a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana por iniciativa del Secretario General. En pasadas oportunidades se solicitó siempre por iniciativa de los Estados. En esta oportunidad, Almagro publicó una carta dirigida al Embajador Juan José Arcuri, Representante Permanente de Argentina ante la OEA y Presidente del Consejo Permanente, explicando la situación de la República Bolivariana a través de un informe de 132 páginas que se convierte en una radiografía del drama que vive Venezuela, evidenciando la existencia de una situación (en materia social, institucional, política y económica) que altera gravemente el orden democrático, y que en ese sentido hace viable –y necesaria- la aplicación de la Carta.

–       Luis Almagro y Nicolás Maduro hoy se enfrentan pero la verdad es que compartieron escenarios, simultáneamente, desde las  Cancillerías de sus respectivos países. Han trabajado en conjunto y sus desempeños tuvieron sintonía en no pocas oportunidades durante las administraciones de Hugo Chávez y José Mujica, por razones obvias. Hoy difieren en sus posiciones y las declaraciones han llegado a tocar incluso el plano personal.

–       José Mujica, liderazgo respetado por las filas del chavismo y de la izquierda en la región, se ha pronunciado señalando diferencias con ambas partes. Manifestó desacuerdo con la actuación de Almagro –quien fue su Canciller- y también ha señalado que Maduro “está loco como una cabra”. Sin embargo, ha negado que el primero actúe como un “lacayo del imperio”, como desde el gobierno venezolano se ha pretendido señalar. Mujica asegura que Almagro “no es ningún traidor, es un abogado, esclavo del derecho”, mientras que a Maduro asegura tenerle gran respeto. A pesar de esto, se separa de ambos, advirtiendo que “así no van a llegar a nada”.

–       Con los cambios políticos que hubo recientemente en Argentina y Brasil, Venezuela perdió dos grandes y poderosos aliados regionales. O puede que no. En el caso argentino, Venezuela fue tema en la campaña del actual Presidente, Mauricio Macri. Sin embargo, no son pocas las polémicas que han circulado en relación a Susana Malcorra, actual Canciller de Argentina, en relación al caso Venezuela. Su aspiración a la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas se ha convertido en una prioridad para la política exterior argentina, y traer un tema tan espinoso y costoso como el de Venezuela supondría sacrificar un aliado importante que comprometería la fabulosa hazaña de llevar a la primera mujer a esta instancia en siete décadas de historia. Malcorra ha sido Jefa de Gabinete del Secretario General de la ONU, y es veterana en dicha organización. Su candidatura ya es un hecho confirmado. Su consolidación como sucesora de Ban Ki-moon necesitaría del apoyo de Venezuela, país que actualmente es miembro del Consejo de Seguridad. Es por ello que la crisis actual sólo complica sus cálculos y escenarios.

–       El gobierno venezolano sigue contando con importantes apoyos en la región, aunque muchos de ellos han perdido la fuerza que solía caracterizarlos, como por ejemplo en el caso de los países del Caribe. Por un contexto determinado preserva –a su manera- la complicidad de un país como Argentina. Pero incluso en las declaraciones de Marco Albuja, Representante de Ecuador ante la OEA, hubo una especie de disonancia generada por el respaldo que se supone debería haber con la administración de Maduro, frente al énfasis en la necesidad de un “diálogo entre partes” que conduzca a una “paz duradera, estabilidad política e inclusión social”. La propuesta de Venezuela ayer quedó en segundo plano, eso no era posible en otros tiempos. La realidad venezolana se posicionó en el tapete y ya es reconocida por todos, aunque el gobierno de Maduro sigue ganando tiempo frente al mundo, mientras los venezolanos lo pierden frente a la crisis.

–       La acción de  Almagro le da un respiro a la OEA  pero en el debate se evidenció que la apuesta en torno a este tema se ha hecho desde UNASUR. En muchas posiciones se observó el respaldo a las gestiones de los Ex-Presidentes Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández y se reconoció el esfuerzo mediador que han hecho. Pero incluso UNASUR atraviesa sus propias turbulencias.

–       Ayer, sea como sea, se evidenció que la situación de Venezuela no es ni puntual, ni minúscula, ni coyuntural. Se trata de una crisis sin precedentes, interna, pero que no puede dejar de tener relevancia e importancia para la región. El Ejecutivo pisotea a las demás instituciones del Estado y ha abandonado el sendero democrático con sus actuaciones en reiteradas oportunidades. La población venezolana pasa hambre y angustias tanto por la escasez como por la inseguridad desbordada. Ya viene siendo hora de aplicar esas rimbombantes declaraciones y pronunciamientos que emanan de los espacios diplomáticos y que lucen muy bien en el papel, pero muy pocas veces se observan en la realidad práctica. Ayer sólo le dieron largas al asunto. Lamentablemente realidad se los comerá a todos: al gobierno y a la región. Y evidentemente, a Venezuela, por la acción y omisión de su gobierno… y la complicidad del Mundo.

Publicado originalmente en KonZapata.com

@caroabru

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