El próximo domingo los venezolanos elegiremos 167 diputados a la Asamblea Nacional, de los cuales 113 son escogidos de manera nominal en 87 circunscripciones, el resto (54 diputados) serán elegidos en la lista de cada uno de los estados de la República. La mayoría parlamentaria absoluta o simple, según la Constitución Nacional, requiere la mitad más uno de los diputados electos, es decir, 84. Ahora bien, también existen la mayoría calificada de la 3 quintas partes (3/5), representada por 100 diputados y la mayoría absoluta de la 2 terceras partes (2/3), integrada por 111 diputados de los 167 electos.
Según el tipo de mayoría que obtenga la fracción ganadora podrá realizar diferentes tipos acciones apegadas al texto constitucional, que van desde elegir la directiva y las presidencias de las distintas comisiones que conforman el parlamento, hasta remover a los rectores del CNE y a los magistrados del TSJ. De allí, la importancia de estos comicios que, en la práctica, definirán el rumbo que tomará Venezuela en los próximos años. En dos palabras, aún cuando sabemos y hemos reiterado que la historia no es lineal, ni determinista, su resultado, tal como pasó en Argentina, tiene una significativa influencia en el resto del continente.
Sabedores del clima de violencia verbal y física que se ha agravado durante estos últimos días de campaña electoral es que se torna de vital importancia la presencia de invitados especiales internacionales que, aun cuando no tengan la calificación de una observación internacional técnica, de acuerdo con los estándares de organismos con amplísima experiencia en la materia como la OEA, la Unión Europea y otros, sí tienen una peso político específico por su condición de diputados y ex presidentes en sus respectivos países. Es por eso que la Unidad Internacional de la MUD, coordinada por el diputado Timoteo Zambrano (con un amplísimo y dilatado conocimiento de la materia y de cómo se bate el cobre en esas misiones), haya concretado la presencia de un número importante de representantes, principalmente de países latinoamericanos como Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil, Chile, Perú, México, Colombia, República Dominica y otros tantos, incluidos algunos países europeos, que servirán de testigos presenciales sobre lo que ocurrirá en nuestra tierra e informarán de manera directa y expedita a sus respectivas naciones.

Hay una programación muy concreta y detallada de las actividades a desempeñar (desde antes del 6 de diciembre, hasta después de este) por estos demócratas latinoamericanos que se dispersarán por los distintos estados y circuitos de mayor incidencia electoral. Por ello, no dudamos en señalarlos como embajadores de buena voluntad del continente americano y del europeo, convertidos en experimentados ojos de la democracia, en voces de la libertad. El resto del trabajo nos corresponde a nosotros como demócratas convencidos de que la historia está por parir una Venezuela mejor, de prosperidad, de paz y de unión. Dios quiera que todo el proceso se desarrolle con la normalidad y respeto que reclama y merece la voluntad popular.

@Freddy_Lepage

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