Aún recuerdo la última vez que vi a Sebastián Alegrett, amigo y maestro en las lides de la diplomacia. Fue en un homenaje que le hicieron los cancilleres andinos en la Secretaria de la CAN en Lima. Cargaba a cuestas sus últimos días.

Las intervenciones de los representantes fueron de elogios y reconocimientos a su trayectoria y vocación por la región. Sebastián era un integracionista, como secretario general del SELA y de la Comunidad Andina, como Embajador de Venezuela ante la OEA, en Colombia y en Brasil, siempre demostró obsesión por la verdadera integración de la región. Compartimos a principios de los años noventa como ponentes en Sao Paulo en un Foro MERCOSUR–NAFTA, repaso que insistió al final de su intervención que los países latinoamericanos debían emprender decididamente y cuanto antes su propia integración. Es así, la deuda de región por encontrarse así misma aun es muy alta. Todos los grupos regionales aún tienen mucho por hacer en cada una de sus especificidades. Ante los tratados, discursos de políticos de turno y acuerdos que muchas veces no se cumplen, no hay nada que supere la vocación que la praxis y acción solidaria ante las dificultades.

Es precisamente, la crisis migratoria venezolana y la positiva reacción de la región, una muestra que hubiese satisfecho a Sebastián de que el camino recorrido valía la pena. Es que la “Declaración de Quito sobre movilidad humana de ciudadanos en la región” es una pieza de refinada diplomacia y de responsabilidad compartida por parte de nuestros vecinos, consientes de la tragedia y de la necesidad de la asistencia humanitaria, cooperación entre los gobiernos y los organismos internacionales. Es una iniciativita importantísima, que rompe con tradicionales compartimientos ante situaciones de esta naturaleza. La aceptación de documentos de identificación vencidos, así como mecanismos para una migración segura y ordenada dentro del marco del Pacto Mundial recientemente acordado, es un paso fundamental. Una vez más, el gobierno de Venezuela en su cerco de la diplomacia de la confrontación y provocación, no asistió al encuentro y además, amenaza con protestar ante los gobiernos por su participación en encuentro que sin duda ayudara a nuestra diáspora. ¿Quién entiende?

@bernalette1 

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