Políticos e intelectuales
La interacción entre los agentes políticos (partidos, líderes, etcétera) y las decisiones de política es el objeto central de la teoría política contemporánea.
Cada uno de ellos tiene un rol específico y de interrelación dialéctica en la sociedad política. Los intelectuales son creadores, portadores y difusores de ideas, teorías, que deben prever el efecto o impacto que tienen las decisiones: los intelectuales aparecen comprometidos y con influencia en las cuestiones políticas y la opinión pública, son los referentes. Tienen una actitud crítica y tratan de tener una capacidad para conceptualizar las cuestiones relevantes, son transmisores de ideas. Los intelectuales tienen un alto nivel de instrucción y cultura. El político es un hombre de acción. Hay una relación biunívoca, entre ambos.
Tomar decisiones, interactuar dentro de una organización pública entender la cultura organizacional por ejemplo del Estado, son elementos complejos de entender y comprender, reflexionar sobre ellos ha sido históricamente unos de los retos de la teoría política y la filosofía política, sobre todo desde los tiempos de Maquiavelo, en ello hay vinculados algunos políticos que se han dedicado a la reflexión sistemática. El intelectual es antincorformista y tiene una posición radical ante la cosas. El intelectual ejerce una gran influencia ideológica en el seno de las sociedades actuales. Debe ser un intelectual crítico y el político, debe recoger del él sus reflexiones para actuar y tomar decisiones.
En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, líderes, etcétera) y las decisiones de política es el objeto central de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos. En esta interacción, las expectativas racionales de los agentes juegan un papel esencial, la acción política, debe tener en cuenta.
En efecto, entrando en un terreno más concreto de políticas públicas, el cual tiene que ver con el conocimiento y la conducción de distintas unidades organizativas, con complejos problemas de dimensión, de interrelación personal y la toma de decisiones más difíciles, que ameritan destrezas y habilidades de acuerdo a la realidad especifica, es muy difícil conducir una sociedad determinada, por lo compleja que tiende a ser su composición e integración. Ambos tienen una ética de la responsabilidad por la conducción que hacen de nuestras sociedades.
De esta manera cabe resaltar, que, los aportes de brillantes intelectuales, que tuvieron posiciones políticas relevantes en el caso venezolano como: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Arturo Uslar Pietri, Ramón Escovar Salom, Teodoro Petkoff, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gustavo Machado y Ramón Guillermo Aveledo, entre otros políticos que conjugaron esa doble función, que nos permiten ver por una parte la diversidad de opiniones e ideas que hay en una sociedad democrática y luego la interacción que se produce entre intelectuales y políticos para diagnosticar y luego producir políticas públicas. Conjugar la labor del intelectual con la del político es difícil, gobernar es más intricado, es optar entre opciones, es saber que se quiere, saber que se puede y que no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo, y en democracia, es más complicado, por ello los aportes de estos ilustres venezolanos en sus distintos campos del reflexionar y el hacer nos deja un rico legado para conocer lo que somos y nuestra historia. Los enfoques de estos políticos en su hacer reflexionar son una guía para la compresión teórica de los problemas políticos que les tocó enfrentar. Sus distintos aportes se dieron en contextos históricos determinados. Ellos dieron lugar a una sociedad policrática. Fueron a fin de cuentas comprometidos con sus ideas. Hoy adolecemos de ellos.
Los aportes de ellos pueden ayudar a entender por ejemplo, que la política no se mueve solo bajo la influencia de las políticas, sino también por efectos inesperados. Se requiere pues, a la hora de gobernar tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a día del gobierno, sino igualmente, negociar, conversar con los diversos actores con los que se convive y con su entorno internacional, por eso las labores del intelectual y el político deben converger y no diverger, para mejorar el entorno donde se decide, que es al final de cuentas las sociedades democráticas, por ello el aporte que han realizado estos intelectuales es muy importante para no solo esta interacción con sus pares sino la compresión mutua de los diferentes actores. Tendríamos finalmente esta interrogante bobbiana ¿cuál intelectual para cuál política? Los intelectuales y los políticos son la expresión plural contemporánea del disenso y el consenso que existe en cualquier comunidad organizada, moderna y democrática.
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