Globalización: ¿ocaso o nueva fase?

La idea del ocaso de la Globalización, su retroceso e involución está en boca de analistas y líderes de la política, economía y el mundo académico que nos lleva a abrir un debate de ideas, si estamos en ese momento o en puertas de nueva fase del proceso de globalización, la cual es mi modesta opinión.

En ese sentido, para ubicarnos en el concepto de globalización, parto de la definición que nos ofreció también en forma lúcida hace unos años el politólogo Luciano Tomassini que goza de una sólida perspectiva, y estimo, es una de las que tiene mayor consenso en la comunidad académica el cual lo refirió como:”… un proceso de difusión de ideas, valores, formas de producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto, que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas las sociedades…”. Añadiría aún más por las interconexiones e interrelaciones que produce la globalización. La globalización esta intrínsecamente vinculada a lo que la investigadora venezolana Carlota Pérez, denomina el modo de crecimiento del capitalismo, que está vinculado a los cambios internos que ha sufrido más ó menos, el capitalismo desde el año 1771.

Ante ello, el paso a una sociedad globalizada, como la del presente, tiene una diferencia sustancial con anteriores procesos globalizadores, el cual ha evolucionado dentro del sistema capitalista y es el componente diría fundamental que caracteriza a este sistema globalizado, es el conocimiento intensivo, como también la instantáneidad, simultaneidad y rápidez de los hechos. También esta, su complejidad por la pluralidad de relaciones que se dan entre sus componentes, por la pluralidad en sus diversas dimensiones y las relaciones que se dan entre lo interno y externo de las relaciones entre los Estados, actores, individuos, corporaciones, etc.

En tal sentido, el valor de los productos simbólicos, la producción localizada en diferentes áreas, con una integración horizontal de las diferentes organizaciones multinacionales y complejos estatales y no estatales y empresariales, plantean un sistema internacional con diferencias sustanciales y se entrelaza con proceso anteriores que son similares, pero diferentes: la internacionalización y la transnacionalización.

En ese sentido, el impacto más inmediato de la globalización en el sentido común, es que estamos en un nuevo proceso histórico central y cambio de época caracterizado por profundas transformaciones estructurales, en los presupuestos, criterios, en los paradigmas. Estamos en lo que Eduardo Viola, especialista en el tema y profesor de la Universidad de Brasília, llamó la cuarta ola de la globalización iniciada en los años 80, como tendencia y proceso contemporáneo es imparable e inevitable.

Por tal razón, la consideramos efectivamente un proceso multidimensional caracterizado a mi entender por seis vertientes principales interrelacionadas: La militar, económica con sus dos subdivisiones: la financiera y la comercial, la comunicacional/cultural, la científica,/tecnológica, la ecológica/ambiental y por última la política no por ser la última la menos importante, pero determinante de las relaciones internacionales y de los diversos actores políticos que la componen internamente y su relación dialéctica con sus pares en otros lados de esa estructura nacional y subnacional (la sociedad civil y la política). Toro Hardy afirma que…” El impulso político a la globalización provino de varios frentes convergentes controlado por las grandes capitales del mundo desarrollado: la Ronda Uruguay del GATT, el Consenso de Washington, las políticas de ajuste estructural impuestas por el FMI y la expansión de la Organización Mundial de Comercio. Detrás de este proceso se encontraba la convicción, según palabras del académico estadounidense Charles Kupchan, de “que la globalización debía beneficiar a las sociedades desarrolladas, quienes supuestamente estaban en mejores condiciones para capitalizar las oportunidades resultantes de un mercado global rápido y fluido…”. Esta es una perspectiva si se quiere, medía entre las dos; estamos en una transición a un nuevo cambio tecnológico y que tendrá repercusiones en la globalización por venir.

Para algunos estudiosos del fenómeno de la globalización, éste surge a mediados del siglo XV, por lo cual no es nuevo. En la era contemporánea, ha cambiado la distribución del poder, las reglas de su funcionamiento, el carácter de frecuencia, complejidad y dimensión de las interacciones, y por último, la capacidad relativa de orientar los procesos, ejemplo de ello, el rol de los diversos actores transnacionales que muchas veces poseen mayor capacidad que algunos Estados, en orientar en su beneficio las acciones estratégicas emprendidas. Algunos autores hablan del paso de una sociedad globalizada segmentada a una sociedad global integradora y más equitativa. Se ha abierto pues, el debate.

 

jesusmazzei@gmail.com

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