Los anuncios hechos por los autócratas aun antes de posesionarse, son de terror: disolver la actual Asamblea Nacional; destituir a la Fiscal General de la Republica; terminar de arrebatarle el  poder a los Gobernadores y Alcaldes de oposición; imponer un Estado Comunal para beneficiar solo a los portadores del carnet de la Patria; aplastar a empresarios y sindicalistas por igual; acabar con la ya debilitada libertad de prensa y de expresión; aumentar la represión contra los presos políticos

Pero la angustia por el aumento de violaciones al Estado de Derecho no sólo afecta a los venezolanos, sino a una Comunidad Internacional que rechaza el incumplimiento de los compromisos internacionales y la inseguridad generada por millones de venezolanos que buscan refugio en otros países. De allí que se han multiplicado sanciones contra el país, sumándonos al grupo de países maulas sancionados como en los casos de Siria, Cuba, Irak, Corea del Norte, Irán, Libia y otros regímenes totalitarios admirados por los líderes de la “Revolución Bolivariana”.

Hasta el momento, las sanciones han sido adoptar listas en las que se han individualizado responsables acusados de violaciones a los derechos humanos,  a la democracia, a  responsables de corrupción, narcotráfico y otros delitos de lesa humanidad.  A las listas de Obama primero, y Trump, después, se han anunciado medidas similares de los países de la Unión Europea, y del Hemisferio como México, Colombia y Panamá. Es seguro que seguirán sumando más y más países después de la reciente “elección comunal” rechazada dentro y fuera del país.

A pesar de que el Gobierno alega que estas medidas son intervencionistas, lo cierto es que las sanciones internacionales se han convertido en un elemento fundamental en el ámbito de las relaciones internacionales contemporáneas, como hemos visto en la enumeración de algunos de los países sancionados que señalamos anteriormente. Las medidas anunciadas en el Consejo Permanente de la OEA muestran el aislamiento de Maduro. La reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU al tratar por primera vez en la historia de nuestro país el caso de Venezuela, podría permitir que en el futuro la ONU aplique el Capítulo VII de la Carta, sea en aplicación de los artículos 39 y 41 con medidas de embargo y sanciones económicas y financieras; o si persiste en las violaciones, inclusive en el uso legitimo de la fuerza para restablecer la paz y la seguridad internacional. Lo cierto es que en la medida en que aumenten las violaciones al Estado de Derecho y a la dignidad de los venezolanos para impedirles vivir en libertad, nuevas a sanciones aparecerán

@milosalcalay

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