Dedicado a Carmen G. Torres Márquez, mi bella hija

Los hechos históricos deben ser evaluados en su justa dimensión. Esta afirmación no es una perogrullada. Simplemente buscamos explicar, desde una particular perspectiva, un acontecimiento interesantísimo: los 100 años de la revolución rusa. Éste, todavía sacude la curiosidad de muchos. Desde este gobierno bolivariano, seguramente se confunde este acontecimiento y creo, lo hacen enceguecidos por su supina ignorancia. Mi buen amigo, el Dr. Carlos Romero,destacó sobre la publicación en Gaceta oficial acerca de la creación de una Comisión presidencial para celebrar los 100 de la Revolución rusa.Hasta aquí todo está bien. Los hechos históricos son para destacarse. Ahora bien hay que precisar: cuál es la Revolución rusa que éstos pretenden celebrar: La de febrero o la de octubre.

La primera, la que se celebrará dentro de algunos días, respondía a una compleja situación de hechos que evolucionaron a una velocidad alimentada por la pólvora, cañones y ametralladoras: la primera guerra mundial, donde Rusia, la de los Romanov, jugaba un papel primordial. Fue uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX. Un acontecimiento que golpeó a la Rusia obscura y atrasada con su revolución de febrero. Ésta, a su vez, preparó el terreno para la segunda revolución, la bolchevique, descrita con un olfato periodístico, moldeado por el tufo bolchevique, pero que fue, desde el punto de vista de la cronología histórica y como reportaje,  impecable: Los Diez días que estremecieron al Mundo, de John Reed.

Decíamos que esta revolución de febrero fue alimentada por la pólvora y los cañones, cuyos soldados sufrían derrotas tras derrotas; luego, Rusia, era una sociedad atrasada frente al siglo XX, además devorada por la visión nada democrática y reñida con los valores que dominaban al occidente, particularmente el europeo. Este hecho de febrero, marcó la evolución hacia su defenestración. La agitación apareció y con una gran fuerza. No se pudo repetir la masacre del domingo sangriento de enero de 1905, cuando el populista Padre Gapón condujo a las masas rusas al martirio. El Zar, en ese entonces,masacró a sus fieles. Pero, esta vez no fue así. Los rusos buscaban salir de ese marasmo de corrupción y misticismo en el que su sociedad en sus más altos niveles, había caído. Rasputín, el monje loco dominaba la escena imperial. La Zarina era esclava de los caprichos de éste. El Zar nombraba sus ministros, una vez que Rasputíncon su mirada los aprobaba y los bendecía. Era una autoridad mística tras el trono del Zar. Mientras la guerra generaba desastres en el frente bélico y lo pagaban los soldados. Éstos se aliaron con los agitadores lo que provocó una insostenible situación.

Los disturbios en San Petersburgo y otras ciudades concluyeron con la Revolución de febrero, una vez que el ZarNicolás II, pretendió disolver la Duma (el parlamento ruso). Ésta, había sido una conquista arrancada al despotismo zarista tras los acontecimientos señalados como el domingo sangriento de 1905. El Zar aceptó la existencia de la Duma durante 12 años. La guerra mostraba que la desesperación social era muy grande. El fracaso en el frente obligó al Zar a abdicar. Se formó un gobierno provisional y se creó una Asamblea Constituyente a fin de crear una realidad democrática a imagen y semejanza del occidente europeo.

La realidad política rusa mostraba velocidad en los acontecimientos. La súbita riqueza de opiniones, primera vez que surgía eso en la Rusia del 1917, era muy grande. Por un lado, los mencheviques (minoritarios) junto a los socialistas de corte moderado apuntaban a la creación de una democracia parlamentaria; por su parte, Lenin y su partido bolchevique (mayoritario) buscaban el control total de la sociedad rusa. Querían la instauración del comunismo con la dictadura del proletariado. Un Lenin voluntarista se opuso a las tesis clásicas de los marxistas de la época. Plejanov, Martov, Kautsky y otros tantos,quieneshabían escrito que Rusia no era un país industrializado y su proletariado era más ficticio que real, ergo no tenía cultura democrática burguesa. La fotografía europea que,los líderes democráticos rusos,beneficiados por la abdicación del Zar, veían en su imaginario, una sociedad abierta, en plena contradicción, pero políticamente democrática. Eso en Rusia no era posible. Se procuró construir un poder basado en la legitimidad y la legalidad democrática, al estilo europeo. Mientras Lenin- exiliado en Suiza,buscaba la disolución de la Asamblea Constituyente rusa creada para los fines señalados más arriba- propuso lo contrario: la creación de una república de los Consejos (Soviets) Cuestión que logró meses más tarde. El partido bolchevique en Rusia, encabezado por Stalin, estaba de acuerdo con la Constituyente y en contra de las tesis de Abril, llamadas así por su autor: Lenin. Él estaba en contra del gobierno provisional de Kerensky, la figura más notable de la revolución que surgió en febrero de 1917.

La consigna de Lenin: pan, paz y tierra. Sus tesis ganaron adeptos en el aparato político del bolchevismo; Trotsky quien le adversaba, se alió a él, en el marco de una extraordinaria coincidencia política. En tanto Stalin, al principio en desacuerdo con las tesis de Abril, se plegó a la decisión de Lenin de ir más adelante, en la idea de que si bien es cierto, Rusia no era la más desarrollada de Europa, podía ser la chispa que incendiara a todo el continente que pretendía escapar del horror de la guerra que sus gobiernos habían iniciado para satisfacer sus apetencias territoriales.

Pavel Miliukov, uno de los líderes del Partido Constitucional – los llamaban los KADETS, que no militares, sino que es el acrónimo del nombre de ese partido en ruso- hombre culto y demócratay quien fuere, por corto tiempo, Ministro de Exteriores del frágil gobierno provisional de Kerensky, concluyó que la guerra fue lo que llevó a las dos revoluciones: la de febrero y octubre: Primero, la defenestración de la legitimidad del Zar y luego, el mal manejo de los demócratas que no observaron las consecuencias de la guerra misma y no aceleraron en cumplir el deseo vehemente del ruso: salir de la guerra. Lenin fue sabio y ganó, abiertamente en el conflicto interno ruso meses más tarde.

Desde febrero en adelante, Rusia experimentó una dualidad de poder. Por un lado, el gobierno provisional de Kerensy que buscaba la modernización de Rusia, pero, que se veía perdido en discusiones bizantinas, acerca de la constitucionalidad del futuro régimen; mientras, la guerra aumentaba los estragos para los soldados y la economía. Por otro lado, los bolcheviques de Lenin, éste aliado del formidable Trotsky avanzaban sobre las huestes de la indecisión de Kerensky,  exigiéndole el fin de la guerra. Kerensky montaba un gobierno constitucional, pero no finiquitaba lo que desangraba al país: la guerra; en tanto, los bolcheviques, avanzaban en la construcción de su poder: el poder de los soviets. Esadualidad del poder sentó las bases para que un general pretendiera dar un golpe de Estado, el general Kornilov, pero los bolcheviques se impusieron y en octubre del año 1917 derrotaron la palaciega salida que pretendía seguir una senda bonapartista y tomaron el poder con los soldados descontentos por la sangrienta guerra. Kerensky huyó de Rusia.

La revolución rusa de febrero, no obstanteser un éxito en el sentido que apuntó a la estabilidad democrática de Rusia, fracasó. La política, como decía Bismarck, es el arte de lo posible; las condiciones nos fueron benignas con el sueño democrático de Kerensky y otros líderes rusos que promovieron la Revolución de febrero de 1917, sino por el contrario, no contaron con la astucia de Lenin, junto a Trotsky,  quienes, repito, ganaron la partida e impusieron en el poder soviético. Pensamos es una gran enseñanza: en política lo importante es guiarse por lo que más afecta al ciudadano y no lo que afecta al que analiza la realidad.

Trotsky en su monumental obra “La Revolución rusa”, al cual parafraseamos, decía palabras más, palabras menos que la revolución de febrero de 1917 marcó una gran contradicción: pretendió estabilizar un régimen democrático burgués y en su lugar lo que hizo fue estimular que  la revolución bolchevique marchase a su objetivo: el poder de los soviets.

Hay que reconocer que cualquier cosa que surgiera para superar el obscurantismo zarista era bienvenida; no obstante, lo principal era acabar con la guerra. Kerensky, prisionero de una multiplicidad de factores no pudo sacar a Rusia de ese conflicto. “No quiero ser el Marat de la revolución” decía Kerensky, citado por Trotsky (Historia de la revolución rusa, pág 158. Tomo II. Edit. Tilcara, Buenos Aires) justamente por comportarse timorato y no profundizar el proceso de paz, para lo cual debía enfrentar los sectores militares. En su lugar vino Lenin arrancó aplausos y se impuso, al cortar el nudo gordiano que asfixiaba a Rusia: la guerra.Lo que permitió a Lenin construir un poder distinto. El mesianismo ruso se impuso bajo una forma particular. Rusia venía, con Lenin ala cabeza,  por sus fueros.  Según éste, Rusia dio la clarinada para la revolución mundial. Paradójicamente se hablaba de una revolución proletaria en un país donde los proletarios eran una abierta minoría. Sin embargo, su triunfo fue, según Lenin, una garantía para el triunfo del socialismo a nivel global. Su experimento duro 74 años.

Lenin no era ignorante de los cambios que se producían en la realidad, pues comprobó las escasas posibilidades del triunfo de sus ideas. Por lo que paulatinamente giró hacia unas posturas menos radicales en el terreno fundamentalmente en lo económico. La N.E.P. (Nueva política económica) fue la demostración de su gran capacidad para los cambios. Contradijo a Marx abiertamente. Éste, proféticamente en alguna ocasión, sentenció sobre la urgencia de “superar el imperio de la necesidad por el de la libertad”. Lenin comprendió que mientras ello ocurre la gente debe comer y no hacer tantas colas para ello. Luego, que la electrificación de todo el país junto al poder de los soviets, era el comunismo y que la educación era clave para desarrollar la sociedad. En nuestro país, lamentablemente los que lo dirigen no saben a cuál revolución rusa pretenden ensalzar, mucho menos, y es bien grave, no quieren la educación, no quieren que la economía produzca, ni que haya electricidad, pues la ignorancia domina donde no hay luz.

@eloicito

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