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Ante el simbólico e interesante traspaso parcial de poder en Cuba por parte de Raúl Castro a Miguel Díaz-Canel, es pertinente hacer una reflexión aguda sobre la historia de la mayor de las Antillas, para poderle dar sentido a este flamante suceso, y poder proyectar su futuro, incluso trascendiendo la larga era de los hermanos Castro que aún no está del todo acabada.

Cuba siempre ha dependido de un país más grande y poderoso, desde los viajes de Cristóbal Colón cuando fue incorporada a España durante 400 años, hasta que la decisiva intervención militar de EEUU entre 1898 y 1902 en la denominada Guerra Hispano-Estadounidense junto a algunos hechos conexos, acabó con el dominio colonial español y con la mayoría de los líderes independentistas cubanos que murieron en la lucha, siendo el más famoso José Martí. En este sentido, debe recordarse que en Cuba no surgió un movimiento independentista sólido en el año 1810 como en la mayoría de las posesiones hispanas en América, pese al proyecto de liberación pensado por Bolívar que no llegó a concretarse, y luego a mediados del siglo XIX el venezolano Narciso López se convirtió en precursor de la emancipación cubana, siendo además el creador de su bandera y escudo nacional.

Humboldt en su obra Ensayo político sobre la isla de Cuba refiere que más de la mitad de la población era esclava o lo había sido, que de hecho era una “isla de azúcar y esclavos” ya que el sistema esclavista en Cuba fue de gran importancia. Esto hizo que la abolición de la esclavitud  fuera de las últimas en el Mundo, lo cual tiene un impacto en la estructura y mentalidad de esa sociedad que no ha conocido la democracia ni la verdadera independencia; aparte de Humboldt existe una anécdota ilustrativa del Dr.  René de Sola (Canciller de Venezuela del gobierno provisional encabezado por Edgar Sanabria) que reafirma lo dicho por el sabio alemán: “Apenas a 23 días de su entrada en La Habana, Fidel Castro se encontraba de visita en Caracas (…) me solicitó que lo condujera de urgencia a Catia donde ya tenía comprometido un mitin, la multitud que lo esperaba se lanzó con tal violencia a saludarlo que casi destruyó el automóvil de la Cancillería. Impresionado, Fidel me comenta que si esta es una manifestación de aprecio, como sería en contra. El pueblo de La Habana es más dócil”.

Con el inicio del siglo XX, Cuba se convierte prácticamente en un protectorado estadounidense a través de la “Enmienda Platt”, manteniéndose tal situación durante 60 años hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 (de la antigua y decisiva influencia norteamericana actualmente sólo queda la base naval en Guantánamo).

Es Fidel Castro quien se entrega en los brazos de la Unión Soviética convirtiéndose así en la mejor pieza del ajedrez soviético en América, a la vez que el factor de perturbación más notorio que tuvo EEUU en el continente por 3 décadas hasta el colapso del comunismo en 1991. Luego Cuba al estar sola por primera vez en su historia durante los dramáticos años 90 del llamado “período especial” estuvo a punto de hundirse, cuando aparece Hugo Chávez,  quien le otorga un verdadero salvavidas económico. En este sentido, las relaciones cubano-venezolanas en lo que va de siglo XXI son extrañas, ya que Cuba reafirma su dependencia económica a alguien más grande, pero Venezuela se ha vuelto muy dependiente políticamente del régimen cubano. Castro quiso desde 1959 el respaldo económico venezolano para su Revolución por lo tanto, se entrevistó con Rómulo Betancourt, quien para el momento era Presidente electo y un veterano político, mientras Fidel estaba casi en sus comienzos. Lo cierto fue que Betancourt le negó el apoyo económico porque el país no estaba en condiciones de hacer un aporte de 300 millones de dólares ni en efectivo ni en petróleo. Sin embargo, Fidel recaudó alrededor de 1 millón de dólares en colecta pública. Además, obtuvo un relativo respaldo diplomático de Venezuela que se suspendió al declararse comunista, por su actitud beligerante e intransigente, además de entrometerse en asuntos internos venezolanos. Betancourt captó y expresó bien las ambiciones castristas sobre Venezuela: su riqueza petrolera y privilegiada ubicación geográfica en el continente para exportar el comunismo hacia el resto de Latinoamérica. Lamentablemente, logró materializarlas 40 años después, cuando Fidel ve la oportunidad de influir en Venezuela a través del gobierno chavista.

Fidel deslumbró e hipnotizó a Chávez con su magnetismo, su carisma y debe reconocerse que fue una leyenda viviente, lo cual explica parte de su éxito. Para 1959 los “barbudos de Sierra Maestra”, en su mayoría jóvenes que promedian los 30 años de edad, se presentan ante el Mundo como revolucionarios, como lo mejor y más avanzado que se podía ser en aquella época. En este sentido, es conocido el comentario del filósofo francés Jean Paul Sartre sobre el Che Guevara al afirmar que era el “ser humano más completo de nuestra era”, a su vez el propio Ernesto dirá que “el revolucionario es el escalón más alto que puede alcanzar la especie humana”. En aquel momento podían mostrarse y considerarse como tales, pero 30 años más tarde con el colapso del comunismo soviético pasan a ser reaccionarios y los más modernos hombres se convierten en cavernícolas, degenerando en una gerontocracia oligárquica y dinástica (es irónico como la doctrina comunista se planteó originalmente contra estas perversiones políticas, pero terminó creando las estructuras más abyectas que haya visto la humanidad).

También Fidel subsiste no sólo por apoyo soviético, sino en su capacidad de eliminar a personas que pudieran rivalizar con él: Huber Matos, Camilo Cienfuegos, Ernesto Guevara (a quien dejaron abandonado a su suerte, ya que si triunfaba habría otra revolución y si fracasaba tendrían un símbolo) y al General Arnaldo Ochoa, héroe militar en las guerras en África que fue fusilado por supuestamente tener vínculos con narcotraficantes.  Los hermanos Castro son pragmáticos, ellos actúan en función de sus intereses personales, que se entremezclan con los de su país, la demostración más clara y reciente de tal afirmación son las conversaciones secretas con el gobierno de EEUU apenas meses después de la muerte de su mayor aliado político y financista, el Presidente Chávez. Estas negociaciones cubano-estadounidenses llegaron a su punto más alto, con la histórica visita de Barack Obama a La Habana en 2016. Dicho deshielo fue detenido por Donald Trump y el lobby de Florida ante la negativa de Raúl Castro a hacer concesiones políticas, bien en La Habana o Caracas.

En torno al embargo estadounidense, mucho se ha hablado y es la excusa favorita del régimen cubano para explicar la causa de sus problemas económicos, pero en verdad esto vino a hacer mella fue luego de la caída de la URSS, cosa que la dirigencia cubana nunca consideró posible.  Ahora bien, en el lapso de 30 años que vivieron de la Unión Soviética: ¿dónde está el desarrollo económico, la producción de bienes y servicios?  Por otro lado, son muy cacareados  los logros en materia sanitaria y educativa pero, se trata de una salud para no disfrutar la vida, y una educación para no pensar, hablar, escribir y actuar libremente.

El hecho de que ahora ni Raúl ni Fidel, quienes han sido los máximos líderes de Cuba durante casi 60 años, figuren en los máximos cargos es de por si un cambio notable dictado por la biología fundamentalmente. Empero, el retiro parcial de Raúl Castro señala que tutelará a la nueva generación política de la isla que está asumiendo progresivamente los puestos mas encumbrados del régimen cubano, quien además en sus años de gobierno ha hecho una serie de reformas que han tenido un impacto relativo en la vida de la isla, pero su desaparición completa del escenario político sólo llegará con su fallecimiento. La presidencia de Miguel Díaz-Canel sólo será trascendental cuando muera Raúl, y tampoco sabemos si será sustitudio antes de que esto ocurra. En todo caso, tiene un período que se extenderá hasta 2023 (aunque puede ser reelegible), y ya tendremos tiempo de otear el rumbo que tomará: ¿se aliará o se enfrentará a los hijos de Fidel y Raúl?, ¿estos hijos querrán una continuidad dinástica o carecen de intereses políticos? ¿qué posición tomará hacia Washington? Estas cuestiones son las claves del futuro de Cuba.

De momento, lo más probable, es que la dirigencia cubana se centre en las reformas económicas al ya no poder siguiendo vivir de una Venezuela en crisis, y trate de emular el modelo chino; aunque es difícil que pueda sostenerlo dada la tradicional necesidad de factores externos para subsistir por el pequeño tamaño y los pocos recursos de la isla. Además, la ubicación de Cuba a unos 150 kms de EEUU, hace que reaparezca en el horizonte como el país más indicado para asegurarles subsistencia; pero desde Washington los forzarán no solo a hacer mayores concesiones económicas sino también políticas. De allí que algunos expertos indiquen que el destino de Cuba en el mediano plazo será algo similar a la hegemonía de partido que tuvo el PRI en México durante décadas; y en esto, deben haber aprendido algo del laboratorio político en que han convertido a Venezuela en los últimos años.

En definitiva, Cuba volverá a ser lo que era antes de la Revolución Cubana, que se resume en 4 palabras: turismo, tabaco, ron y paraíso fiscal; pero en el necesario componente democrático tendrá que insistir el resto del Continente y el Mundo libre.

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