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El año 1989 fue complejo. Fatídico para algunos, para otros no. Veamos: Moscú acordó eliminar las armas químicas. Cuba, inició el retiro de su ejército en Angola, ya más de 10 años de permanencia en territorio africano. Ese mismo año, el mundo fue testigo del ascenso de Georges H. W. Bush al poder, pues Ronald Reagan se despidió  de la presidencia de los EEUU.

Hungría observó un gradual cambio en su política interna. Tras la declaración oficial que ponderó la insurrección de 1956, como un acción popular a la intransigencia comunista de la URRS sobre ese país. Se comenzaba a hablar de los Derechos humanos. Todo un sacrilegio en una nación comunista.

Ese mismo año fue testigo de un acercamiento entre la URSS y China. Tras casi 30 años de “enfriamiento” de sus relaciones, se produce la primera visita de un ministro del exterior soviético  Edward Shevardnadze al poderoso vecino en el Asia. Ese año fue crucial: se retiraron las últimas tropas, después de 9 años de ocupación en Afganistán.

En Polonia, Lech Walesa inicia negociaciones con el gobierno comunista. Hubo un gran dialogo para ello. Las grietas en el sistema comunista europeo enseñaban los dientes.

Se produce una reunión en Viena entre James A. Baker III y Edward Shevardnadze, ministros del exterior de EEUU y la URSS. Moscú: la URSS acepta jurisdicción de la Corte Mundial.   Gorbachov. Ese mismo año Gorbachov visita a Cuba. Ésta, marcó un enfriamiento con Fidel Castro, quien protestaba las reformas soviéticas. Mientras, el poderoso sindicato “Solidaridad” es legalizado en Polonia.

China es víctima de su propia realidad. Al pretender cambiar su modelo económico, la dirección política del gigante amarillo, no previó  que las reformas políticas también debían ser impulsadas. Los estudiantes chinos demandaron democracia, reunidos en la plaza de Tianamén, la protesta se extendió por algunas regiones de China. El gobierno habla con los líderes de la protesta.

El drama de China no cesaba. Una huelga de hambre en la mítica plaza de Tianamén. Las protestas aumentan las protestas. No obstante, se produce una visita de Gorbachov a China. Un punto para la dirección política de Beinging. Aparentemente, terminase la termina rivalidad chino-soviética. Esa visita fue bien recibida por los estudiantes quienes profundizaron sus protestas. Se declaró ley marcial y se prohíben transmisiones en vivo a Occidente. El mundo, especialmente en Hong Kong, Tokio, París y otras se observan marchas de apoyo a estudiantes chinos.

Tras reflexionar seriamente acerca de los acontecimientos y para evitar un desenlace cuyas consecuencias generarían una mayor inestabilidad para ese país, la dirección china decidió tomar las armas. Soldados chinos disparan a los reunidos en la plaza de Tianamén, se aplasta el movimiento democrático, considerado por las altas instancias del partido y ejército chino, como  contrarrevolucionario.

El panorama socialista en Europa mostraba gritas imposibles de rehacer. Varsovia, realizó las  primeras elecciones libres. Se logró una aplastante derrota sobre los comunistas. El contexto internacional, comenzando con el Jefe del Vaticano, Juan Pablo II, El Papa Wojtyla, seguido por Europa y los EEUU presionó a Moscú a aceptar la transición en términos realistas. El Kremlin estaba agotado y no podía seguir “sosteniendo” a los regímenes “socialistas” en Europa. Se inició el “desmantelamiento” del socialismo en Polonia. Su jefe de Estado, el general Jaruzelski anunció que no competirá para la presidencia. El camino a renovación política en ese país, encontró vitalidad en la “Polonesa”, la magistral pieza lírica de Chopin para reencontrarse con la democracia. Varsovia, es testigo de un primer gobierno sin comunistas en el poder. En la emblemática Gdansk, ciudad de los astilleros de donde surgió el liderazgo de Lew Walesa, los obreros polacos en huelga muestran la imagen de Juan Pablo II.

Mientras, Budapest se muestra elogiosa a los sucesos generados por el movimiento de 1956 e inicia su transición a la democracia, Gorbachov aumenta su popularidad al mostrar su sonrisa en francés. Visita Estrasburgo, Francia para conversar con el Consejo Europeo. Se inicia un nuevo camino en esas relaciones entra la URSS y Europa.

París, celebra los 200 años de la Revolución francesa. Los líderes occidentales ponderan los acontecimientos globales en términos positivos. Observan, con detenimiento, las explosivas muestras desde arriba y desde debajo de los movimientos democráticos en la URSS y China.

La propia URSS mostraba signos de debilitamiento interno. Lituania, Estonia y Letonia exigían su independencia de la URSS. El grito de la libertad se mostró cual canto del cisne. Fue el último respiro de éste. La URSS anunciaba su disolución.

Los acontecimientos se aceleraban. El gobierno húngaro crea un corredor humanitario y permite que los alemanes utilicen su territorio como canal para llegar a Austria y así llegar a Alemania Occidental. Se observa un masivo éxodo atravesando Austria. Las imágenes fueron elocuentes. El fin del comunismo se acercaba.

Mientras Washington anunciaba una próxima cumbre entre la URSS y EEUU a fin de lograr de  destruir los arsenales de armas químicas que ambos gobiernos mantenían. La URSS aceptó la oferta.

En tanto, Hungría avanza aceleradamente en sus cambios. El partido gobernante, impuesto con los tanques soviéticos en 1945 y reforzados con la invasión de 1956,  se auto disuelve, cambia su nombre, abandona el comunismo. Hungría pasa a ser una República, sin apellidos.

En Checoslovaquia, se disuelven las manifestaciones que apuntan a la democracia. Igualmente en Bulgaria. Todo corre, todo cambia, diría Heráclito. En este caso los acontecimientos devoran el tiempo. En Sofía renuncia el gobierno comunista; mientras que en Bratislava, Alexander Dubcek, el otrora líder de la primavera de Praga, la cual fue sofocada en 1968, por los tanques soviéticos, habló abiertamente y sin miedo en un acto multitudinario, en la ciudad de Bratislava.

El gobierno comunista de Alemania oriental cede cada vez más espacios, pero, todo luce indetenible. El fin toca las puertas del régimen comunista. El 9 de noviembre de 1989 una multitud se congrega frente al Muro de Berlín e inició su destrucción. Alemania se unificó y el comunismo fue derrotado. Praga, inició la emblemática Revolución de Terciopelo. El gobierno comunista renunció.

En noviembre de ese año 1989, Rumania, celebró el XIV Congreso del Partido Comunista Rumano. Ceausescu no quiso escuchar las voces que le pedía cambios en su política. Éste, fue su último Congreso en el cual fue reelegido jefe absoluto de su país. No quiso ver las señales que provenían del exterior. El contexto internacional jugaba duro y paciente. Mientras, Gorbachov se entrevista con Juan Pablo II, en el Vaticano; después con Bush en Malta y se anuncia el fin de la Guerra Fría. Ceausescu vio las espaldas de Gorbachov, cuando este, envió a esa pantomima, llamada el XIV congreso del PCR, a una delegación de muy bajo nivel. Ceausescu estaba aislado internacionalmente.

Habían caído, Bulgaria, Alemania, Checoeslovaquia, Polonia y Hungría. El mundo cambiaba y el líder rumano con elación se negaba a hacerlo. Según él y sus conmilitones más cercanos, todos estaban convencidos que el mundo se coaligaba en contra de su patria y para ello se aprestaban a defender la soberanía del suelo rumano. La realidad mostraba que él estaba sólo. Él, pretendió convertir a Rumania en la Numancia en los Balcanes. No pudo. Luego de un mes de su aclamación fue derrocado y fusilado, junto con Elena, su esposa y cómplice en la pretensión de  instaurar un poder omnímodo de su clan familiar.  Su caída, como el penúltimo líder comunista en la región; fue producto justamente, de su realidad: era víctima de la fatalidad geográfica. Por cierto, esto lo deberían aprender ciertos líderes de la oposición electoral “participativa” venezolana. La realidad internacional sí ejerce efecto sobre las realidades internas. Éstos, deben abandonar esa visión parroquial y aldeana de la política. El ejemplo de Ceausescu es significativo. Él, no pudo escapar de esa fatalidad, pues, por mucho que él no lo quiso, era un satélite, aunque en ocasionales situaciones él se mostró díscolo e irreverente con su comportamiento independentista, frente a Moscú.

@eloicito

 

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