Palestina: el reconocimiento sin acción carece de sentido – Por Alon Ben-Meir (*)
Uno de los principales temas que ha acaparado la atención en la 80º Asamblea General de la ONU es la devastadora Guerra en Gaza y el clamor internacional por el establecimiento de un Estado palestino independiente para poner fin a la difícil situación de los palestinos en el contexto de una solución de dos Estados. Lo que ha intensificado y hecho relevante el debate en la ONU sobre la condición de Estado palestino es que varias potencias occidentales, como el Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, Portugal, Bélgica, Luxemburgo, Malta, Mónaco y Andorra han reconocido formalmente un Estado palestino, uniéndose a España, Irlanda y Noruega, que reconocieron a Palestina el año pasado.
El reconocimiento de un Estado palestino por parte del Presidente francés, Emmanuel Macron, está estrechamente vinculado al Plan de 42 puntos para el “día después” desarrollado con Arabia Saudita, que estableció medidas concretas, con plazos determinados e irreversibles para una solución de dos Estados. El plan, también conocido como la Declaración de Nueva York, fue aprobado por 142 países en la Asamblea General en días pasados. Su aceptación de la condición de Estado palestino es una postura trascendental y refleja la profunda consternación en muchas capitales por la guerra que desarrolla el Gobierno de Netanyahu en Gaza.
Esta nueva oleada de reconocimientos ha aislado aún más a Israel de la Comunidad Internacional. Dicho esto, si bien dichos reconocimientos son significativos, sigue siendo un acto simbólico y carente de sentido a menos que todos los actores involucrados adopten medidas cruciales para mitigar las cuatro razones siguientes que explican el fracaso en el avance de la perspectiva de establecer un Estado palestino. En primer lugar, Israel ha hecho todo lo posible, especialmente ahora con el apoyo de la Administración Trump, para evitarlo. En segundo lugar, la Autoridad Palestina ha hecho poco para establecer un gobierno representativo legítimo y un aparato político efectivo que responda a las necesidades públicas, lo cual debe cambiar ahora que 156 países –es decir, 80% de los países miembros de la ONU– ya lo han reconocido. En tercer lugar, los Estados árabes, aunque públicamente han apoyado a la Autoridad Palestina, e incluso han brindado cierto apoyo financiero, pero no han realizado ningún esfuerzo concertado a lo largo de los años para hacer realidad la idea. Y en cuarto lugar, los países que han reconocido el Estado palestino no han tomado medidas significativas para garantizar su implementación.
El papel de los países europeos
El papel crucial de los países europeos en el apoyo a la independencia palestina es innegable. Su apoyo no debe limitarse al reconocimiento; debe centrarse en los aspectos esenciales de lo que se necesita para avanzar en el Estado palestino. Las medidas a tomar incluyen:
- Brindar apoyo económico directo a las instituciones e infraestructura palestinas, garantizando al mismo tiempo la rendición de cuentas.
- Establecer acuerdos comerciales bilaterales con los palestinos para impulsar su economía, independientemente de Israel.
- Impulsar la mejora del estatus de observador y la participación de Palestina en organismos internacionales, proporcionando al mismo tiempo foros legales para lograr la aceptación internacional de sus derechos.
- Elevar el nivel diplomático de las oficinas de representación palestinas en sus capitales.
- Financiar campañas de diplomacia pública en sus respectivas capitales para generar apoyo a la creación de un Estado palestino.
- Ofrecer capacitación y apoyo a las fuerzas de seguridad interna palestinas, en coordinación con Israel, en la mayor medida posible para mantener el orden y la estabilidad.
Además, la Unión Europea debería presionar a Israel para que acepte el derecho de los palestinos a la creación de un Estado mediante la adopción de diversas medidas, entre ellas:
- Imponer aranceles más altos a los productos israelíes, dado que la Unión Europea es el principal socio comercial de Israel, que representa el 32% del comercio total de bienes de Israel en 2024.
- Prohibir a Israel participar en el programa de financiación de investigación Horizonte Europa.
- Eliminar el trato preferencial de millardos de euros en materia comercial, lo cual es factible porque requeriría una amplia mayoría, pero no la unanimidad.
- Imponer una prohibición permanente de la venta de armas y municiones a Israel, como prometió recientemente el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
En última instancia, se trata de si la Unión Europea en particular y los países occidentales en general pueden o no cumplir su compromiso con el Derecho Internacional y contribuir al fin del conflicto israelí-palestino.
La Autoridad Palestina
La Autoridad Palestina no puede simplemente confiar en la Comunidad Internacional para lograr la creación de un Estado palestino. Ahora debe asumir su amarga realidad y reconocer que la creación de un Estado independiente seguirá siendo sólo un eslogan a menos que adopte las siguientes medidas:
- Reiterar su reconocimiento de Israel y comprometerse incondicionalmente a entablar negociaciones de paz. Esto no supone una capitulación ante los caprichos de Israel; al contrario, pondrá a Israel a la defensiva y debilitará su afirmación de que el Estado palestino representa una amenaza existencial.
- Participar en la diplomacia pública fortaleciendo la comunicación diplomática y utilizando los medios de comunicación y las relaciones públicas para mostrar su disposición al diálogo y moldear positivamente la opinión pública mundial para aumentar el apoyo a la causa palestina.
- Demostrar su compromiso con los principios democráticos y los Derechos Humanos, lo cual es esencial para los países occidentales que planean reconocer el Estado palestino.
- Desarrollar planes de desarrollo económico que deberían presentarse para ganar la confianza internacional, lo que animaría a muchos países que apoyan la causa palestina a proporcionar ayuda financiera.
- Promover medios no violentos para visibilizar la causa palestina y obtener una posición moral internacional.
- Eliminar del currículo educativo palestino el discurso de odio y cualquier incitación, una preocupación clave para muchos israelíes.
- Celebrar nuevas elecciones que permitan la participación de todas las facciones palestinas, siempre que se comprometan a una solución pacífica al conflicto con Israel. Para ello, deben abandonar la resistencia violenta, que sólo ha beneficiado a Israel a lo largo de los años.
El papel de los Estados árabes
Los Estados árabes deben desempeñar un papel mucho más importante que nunca en el avance de la causa palestina, en particular porque está directamente relacionado con la naturaleza de su futura relación con Israel. Los Estados árabes, liderados por Arabia Saudita, deben trabajar al unísono y transmitir un mensaje claro de que sus relaciones con Israel dependen directamente de encontrar una solución amistosa al conflicto. Los Estados árabes, liderados por Arabia Saudita, deberían:
- Dejar muy claro que ningún otro Estado árabe normalizará sus relaciones con Israel a menos que exista un camino claro que conduzca al establecimiento de un Estado palestino independiente.
- Advertir a Israel con que las continuas violaciones de los Derechos Humanos de los palestinos conducirán a la ruptura de las relaciones diplomáticas, especialmente con los signatarios de los Acuerdos de Abraham.
- Proporcionar ayuda financiera específica para la gobernanza y la infraestructura palestinas, centrándose en proyectos de desarrollo sostenible, y utilizar la influencia económica colectiva para alentar a otros países a apoyar la creación de un Estado palestino.
- Abrir nuevas embajadas palestinas o modernizar las existentes en las capitales árabes.
- Apoyar a Palestina en el ámbito jurídico internacional para obtener su pleno reconocimiento y derechos, y fortalecer la narrativa y la posición palestinas en los medios de comunicación árabes e internacionales.
- Alinear las políticas regionales para apoyar los esfuerzos diplomáticos palestinos y adoptar medidas para minimizar las fricciones entre Israel y los palestinos y prevenir enfrentamientos.
- Finalmente, los Estados árabes, liderados por Arabia Saudita, deben advertir severamente a Israel que anexar cualquier parte de Cisjordania es una línea roja con graves consecuencias para sus relaciones presentes y futuras con Israel.
Sería sumamente engañoso sugerir que la adopción de todas las medidas mencionadas anteriormente facilitará el camino hacia la creación de un Estado palestino. Al tener el control total de Cisjordania y Gaza, Israel, especialmente bajo el liderazgo de Netanyahu, con el firme apoyo de Trump, no se detendrá ante nada para sabotear cualquier esfuerzo que pueda mejorar las perspectivas de establecer un Estado palestino. Sin embargo, los esfuerzos concertados y constantes de todos los actores eventualmente conducirán a un cambio drástico en la trayectoria hacia un Estado palestino.
Se ha demostrado que, tras 80 años de conflicto violento, la estrategia palestina de resistencia ha fracasado. El ataque de Hamás y la guerra de represalia de Israel han demostrado que no habrá una paz duradera entre israelíes y palestinos sin una solución de dos Estados.
El Gobierno de Netanyahu y la Administración Trump II llegarán a su fin, pero la realidad palestina nunca desaparecerá. La decisión de los países europeos de reconocer un Estado palestino sólo supondrá un cambio histórico si se dan pasos firmes y concretos tras su reconocimiento, y si mantienen su determinación de lograr la creación de un Estado palestino independientemente de los tiempos y las circunstancias cambiantes.
(*) Alon Ben-Meir es Profesor de Medio Oriente del Center for Global Affairs de la Universidad de Nueva York (NYU-SPS).

