Los nuevos tiempos de la relación venezolana-colombiana: un mundo de oportunidades a partir de la cercanía y la complementariedad – Por Carlos Luna Ramírez
La relación binacional entre Venezuela y Colombia es una historia complicada, cambiante y dinámica en términos de sus relaciones diplomáticas y económicas. Ha oscilado entre altos y bajos, sobre todo por la impronta del factor político, pero sin duda alguna, somos no solo países hermanos con un acervo histórico-cultural, social y lengua común, y específicamente en el ámbito económico comercial, somos complementarios, abriendo un abanico de oportunidades para el progreso, la prosperidad y el bienestar de nuestros dos países.
En un mundo como el de hoy, geopolíticamente problematizado por conflictos como el de Rusia y Ucrania; la inestabilidad siempre presente en el Medio Oriente por los conflictos entre Israel, Irán y grupos subnacionales como Hamas; los altos costos en el transporte marítimo, la insuficiencia de contenedores a nivel global; el riesgo de cierre de cursos de navegación internacional, y lo prolongado del ciclo del dinero que representa importar desde China, hace rentable el “Near Shopping”- “Compras Cercanas¨ entre Venezuela y Colombia y lo ideal de ser países contiguos con una amplia extensión de frontera terrestre, lo cual facilita las operaciones logísticas y de transporte.
A partir de las dinámicas de cooperación y entendimiento mutuo se ha logrado un acercamiento significativo que ha fortalecido las relaciones diplomáticas y económicas que, como consecuencia ha traído importantes beneficios para ambas naciones, marcando de esta manera, el comienzo de una nueva era en la relación comercial entre Venezuela y Colombia que desde CAVECOL se ha denominado como “FACTOR X” que constituye la voluntad política que se ha traducido en la reinstitucionalización de la relación binacional que se manifiesta en el restablecimiento de las relaciones políticas, diplomáticas y consulares; la renegociación en búsqueda de mayor equidad del Acuerdo de Alcance Parcial No. 28 en el marco de la ALADI; la Firma del Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones y la Actualización del Acuerdo de Transporte Binacional.
Comercialmente, esto se ha traducido en un ambiente positivo y siempre susceptible de mejora, tal y como se evidencia en las cifras de intercambio comercial binacional, que, en el primer bimestre de 2024 alcanzó la cifra de 139,9 millones de USD, representando un incremento del 17,4%, frente a los 119 millones de USD correspondientes al mismo período del año 2023. Además, tomando en cuenta un cálculo realizado por la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Colombia, importó del mundo en el período 2021-2022 un total de US$ 79.507.807, de lo cual Venezuela, aún con un Sistema Económico contraído, tiene la capacidad de suplir US$ 7.000 Millones, en los siguientes rubros productivos: Productos químicos y derivados; Preparados Alimenticios; Carnes y Derivados; Productos Vegetales y Minerales; Plásticos y gomas; metales comunes; Madera y Productos de Madera, entre otros.
La idea es explotar todo este conjunto de oportunidades a través del desarrollo de Cadenas Productivas Binacionales de Valor, donde se integrarían los sistemas económicos de ambos países, superando la capacidad ociosa por medio de un mercado ampliado, que años atrás fue el motor de la Comunidad Andina de Naciones, alcanzando un total récord de intercambio comercial de US$ 7.290 millones de dólares.
Existe la expectativa, producto de la más reciente reunión de alto nivel entre los Jefes de Estado de nuestros dos países, que se produzca una negociación en aras de la firma de un Acuerdo de Complementación Económica Binacional que haga énfasis, no solo en los bienes, sino ahora en la Industria y los servicios, donde sin duda son fundamentales el Turismo y la Tecnología.
Este hecho abre la puerta a generar crecimiento por medio del sector de turismo y servicios que pueden ser una fuente de inversión y empleo para ambos países. No obstante, un mundo de oportunidades debe estar acompañado de un entorno que ofrezca seguridad jurídica; la mejora de la infraestructura y por supuesto, la facilitación de los procesos de acceso a los mercados, prestando atención a las nuevas tendencias del comercio internacional, donde el tema de la sostenibilidad juega papel preponderante.
Es la hora de aprovechar el mundo de oportunidades que nos ofrece la reapertura del comercio entre Colombia y Venezuela. ¡Juntos, podemos construir un futuro próspero para ambos países!