Cierra la brisa electoral 2020 en el Caribe: ¿Viene la calma? – Por Mirna Yonis

Al verificar el calendario electoral en el Caribe del año 2020, podemos afirmar que se cumplió sin mayores alteraciones. Desde inicios de año, hemos escrito de la Brisa Electoral en el Caribe porque se preveían cambios en la política local de algunos países, pero la entrada de la pandemia COVID19 se encargó de alterar(nos) los planes y la vida cotidiana. Las renovadas y prolongadas medidas de emergencia que asumieron todos los países, en particular las islas del Caribe, en  las modalidades de cuarentena (estricta, flexible, responsable), se tradujeron en restricciones a la movilidad nacional e internacional, el distanciamiento social y medidas de bioseguridad, las cuales debieron incorporarse como protocolos de seguridad complementarios en los procesos electorales, con la finalidad de brindar seguridad a un amplio espectro de personas: electores, candidatos, funcionarios, observadores locales e internacionales. Si bien en el segundo semestre las medidas fueron más estrictas, afectando el desarrollo de las tradicionales congregaciones propias de las campañas electorales, el Calendario electoral se completó con menos complicaciones políticas de las que se presentaron en la primera mitad del año. El mes de diciembre quedó liberado de evento comicial, con el único caso de las Islas Turcos y Caicos para el 2021. Por tanto, el balance caribeño es de siete procesos electorales en 5 meses (entre julio y noviembre). Entre algunos de los rasgos generales en el balance del Calendario electoral en el Caribe:

Cronológicamente, de los siete casos, en cinco de ellos el resultado favoreció la continuidad de los partidos en el poder: Trinidad y Tobago, Jamaica, Bermudas, Puerto Rico, San Vicente y las Granadinas. En los dos restantes, se generó un cambio de timón destacado. En República Dominicana, en primera vuelta, la victoria del hoy Presidente Luis Abinader,  permitió que después de 14 años en la oposición, el Partido Revolucionario Moderno (PRN) ascendiera al poder, con mayoría calificada en las cámaras  legislativas y las provincias, incluso las votaciones de dominicanos en el exterior. Mientras tanto, en Belize, los resultados le dieron la victoria al hoy Primer Ministro Johnny Briceño, por el Partido Unido del Pueblo (PUP), con una mayoría parlamentaria absoluta (30-6) frente al Partido Democrático Unido (UDP), alterando el cuadro político que privó en los últimos 12 años.

De los cinco casos de continuidad en el poder, por una parte, sobresale el renovado quinto mandato del Partido Liberal Unido (UPL), bajo el liderazgo de Ralph Gonsalves, en San Vicente y las Granadinas. Por su parte, dos casos tienen un segundo mandato diferenciado: en Trinidad y Tobago ganó el Movimiento Nacional del Pueblo (PNM) bajo el liderazgo de Keith Rowley con una reducida diferencia (22-19) al Congreso Nacional Unido (UNC) en el parlamento; y en Jamaica el Partido Laborista (JLP)  de Jamaica, bajo el liderazgo de Andrew Holness, le gana con una amplia mayoría (49-14) al Partido Nacional del Pueblo  (PNP).

Finalmente, el caso de Puerto Rico, un proceso electoral que  se realizó a la par de la Elección Presidencial de Estados Unidos pero con rasgos tan específicos que merece tener un tratamiento separado. No obstante, podemos señalar, primero, la confirmación del bipartidismo, el Partido Nuevo progresista (PNP) y Partido Popular Democrático (PPD) reunieron más del 70% de los votos, en la disputa de la Gobernación y el 100%  para las alcaldías, a pesar del ascenso porcentual de algunas organizaciones políticas en cargos del congreso (casi un 25%) que pueden marcar algunos cambios en el tono del debate político; segundo, el renovado mandato del PNP arrastra los escándalos de la corrupción que provocara la renuncia del Gobernador Ricardo Roselló en 2019, los traspiés de la transición política dentro de su propio partido, la crisis económica-fiscal en la que se ha visto envuelta la isla desde 2017, y la intermitencia en la regularización de servicios básicos como consecuencia del paso del los Huracanes Irma y María en 2017; en  último lugar, la participación electoral de poco más del 50% del padrón electoral revelando una fuerte abstención acompañada a su vez en el resultado, 52% vs. 47%, de una Consulta no vinculante sobre la posible anexión de Puerto Rico a los Estados Unidos.

Todos los procesos anteriormente señalados califican como “Elecciones Generales” pero la variedad de sistemas políticos le da unos rasgos particulares según sean las legislaciones para Sistema de República Parlamentaria en Trinidad y Tobago, Sistema Presidencial en República Dominicana, y las normativas específicas para los Sistemas Parlamentarios.  En estos últimos, se prevé  anticipar las fechas de elecciones,  expresadas en el adelanto de 5 meses en el caso de  Jamaica; un mes en los casos de Trinidad y Tobago y de San Vicente y las Granadinas, y el destacado adelanto de dos años en el caso de Bermudas.

Comenzamos este escrito señalando el impacto global y regional del COVID19, desafortunadamente hay que acompañar este contexto con las secuelas de la fuerte Temporada de Huracanes 2020. Por ende, sea la continuidad o el cambio en la nueva gestión gubernamental, el cierre del Calendario electoral pone al descubierto la conocida condición de vulnerabilidad de los países del Caribe bajo una creciente amenaza de vientos encontrados para la cooperación internacional y las metas de la Agenda 2030. Los titulares informativos tienen sus “prioridades geográficas”; en nuestro caso, seguimos atentos a las brisas que se presentan en el Caribe.

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