Diplomacia Presidencial
Diplomacia Presidencial, concepto polisémico, desarrollado fundamentalmente por la academia e intelectuales brasileños, que yo sepa; e investigado por un diplomático brasileño de primera línea y categoría, hoy Embajador del Brasil en la Argentina, Sergio Danese, quien pues, desde hace por lo más de 24 años ha estudiado el tema en forma rigurosa y seria. También se le ha denominado diplomacia de cumbres o presidencialización de la política exterior y que actualmente es de mi interés intelectual.
A los efectos de comprender el significado y sentido, que ha cobrado la diplomacia presidencial, puede citarse la definición de Danese (1999): “Diplomacia de jefes de Estado, de gobierno y aún más diplomacia de mandatarios son nombres que pueden ser utilizados indistintamente para describir el mismo fenómeno histórico instrumento político-diplomático (dependiendo del punto de vista) que un país como Brasil o Francia asume el nombre de diplomacia presidencial: la conducción personal de asuntos de política exterior, fuera de la rutina o de las atribuciones ex-oficio por el Presidente, o en el caso de régimen parlamentario por el jefe de estado o jefe de gobierno”.
Aunque algunos académicos y analistas, lo denominan una presencia y actuación autoritaria del Presidente de la República en la definición e implementación de la política exterior, (política exterior autoritaria), esto indudablemente, depende de la visión internacional, de la experiencia en materia de política internacional del Jefe del Estado y de su percepción del mundo internacional.
Ahora bien, para los autores citados, se formalizan cuatro niveles diferentes de diplomacia presidencial, por una parte, el involucramiento del jefe de Estado o Gobierno en el proceso de toma de decisiones tiene en una determinada acción de política exterior que es determinante para la diferenciación de lo que Danese, llama “Diplomacia Presidencial”. Esta variable implica una conceptualización diferente de lo que él mismo llama diplomacia tradicional, que está inserta en lo que es el protocolo o la rutina internacional de la cabeza del Estado. La diplomacia tradicional está circunscrita a la que formula y ejecuta el Ministerio de Relaciones Exteriores. Siguiendo a Danese, tendremos que la Diplomacia Presidencial en cuanto el Presidente se envuelve directamente en el proceso decisorio de determinada acción de política externa, existen tres límites que la delimitan, a saber por un lado, los límites protocolarios y rutinarios, el uso intensivo y general de este instrumento y además, que es una promoción interna por la acción internacional del Jefe del estado o de Gobierno.
Otros autores brasileños, como José Guilhon Alburquerque, definen el tema en forma diferente, para él la Diplomacia es…” la participación personal del jefe del Estado o Gobierno en las relaciones internacionales, sea por medio de pronunciamientos, sea por participación en foros internacionales, sea además, actuando directamente en negociaciones internacionales. En este autor no es necesaria la participación en el proceso decisorio además, que el término usado ahora relaciones internacionales y no más política externa o diplomacia. A pesar de la paradoja del concepto de Alburquerque, se presta a una mejor verificación en cuanto el concepto debido a que posee en mente que es más fácil la verificación del número de pronunciamientos y participación en foros internacionales del Presidente de la República, con todo el propio autor no entiende tal concepto como suficientemente explicativo, y ya en 1996, apuntaba a la necesaria verificación de la acción del Presidente en el proceso decisorio.
Otro aporte interesante es del académico argentino, Andrés Malamud, que afirma que es… “mecanismo (que) és entendido como el recurso tradicional para negociaciones directas entre presidentes nacionales cada vez que se ha de tomar una decisión crucial o que conflictos críticos han de ser resueltos. A pesar del adjetivo “presidencial”, este tipo de prácticas hacen referencia a la política, la diplomacia de cumbre —en oposición a la diplomacia burocrática y profesional…” (MALAMUD, 2010). Como se ve el concepto de este intelectual argentino la variable negociación directo actuando y no solamente la conducción de la política externa como afirma Danese o participación en pronunciamientos (Guilhon), es necesaria, sino además, la interlocución de Política Internacional, siendo hecha esta por el propio Presidente, además, de que el autor nuevamente pone en el tapete y pone en oposición Diplomacia Presidencial versus Diplomacia burocrática y profesional.
El último aporte, es dado, por Rodrigo Cerqueira, para quien el MRE utiliza al Presidente como herramienta de promoción de intereses, de reaproximación al campo internacional del órgano propiamente dicho y también del campo de estudios en relación a la población en general, lo que él llama Diplomacia Pública, y se utilizó en este caso en un momento dado en los años 90 por el prestigio histórico e intelectual Fernando Henrique Cardoso. Se ha abierto pues, el debate en esta materia. Hoy hay nuevos desafíos visto la compleja estructura internacional y los jefes de Estado intervinientes actualmente en el uso de la Diplomacia Presidencial. Veremos.
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