Acaba de concluir en la ciudad de Antigua, Guatemala la XXVI Cumbre Iberoamericana, un foro que desde 1991 se viene efectuando cada año de forma sistemática. Para los críticos radicales, que son muchos y están creciendo, un mero turismo presidencial; para los promotores del diálogo, la negociación y la cooperación: una gran oportunidad para la generación de confianza, creación de espacios y proyectos para el crecimiento económico y el bienestar general.
Ahora bien, no podemos negar que, pese a los esfuerzos de los organizadores, los anfitriones y la Secretaria, las Cumbres se han debilitado, pues los detractores crecen y los promotores optan por el silencio y ceden los espacios
Cabe destacar que la Cumbre de Antigua, entre otras, nos deja una interesante señal, el aislamiento creciente de los gobiernos autoritarios en nuestra región y el fracaso de sus proyectos expansionistas, pues no asistieron los Jefes de Estado de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Esperemos que el lamentable aprendizaje de sus nefastas revoluciones sea reconocido por todo el continente, para enfrentar sus falsos discursos, que encubre su único objetivo: perpetuarse en el poder.
Es evidente que las Cumbres, la diplomacia presidencial y el multilateralismo en general están enfrentando tiempos difíciles, y el comportamiento irresponsable de muchos gobiernos, que manipulan, promueven falsas expectativas, despilfarran recursos, movilizan grandes delegaciones, derrochan los recursos escasos de sus países; ha contribuido a minar la confianza en estos mecanismos. Pero, debemos tener presente que, bien administrados con prudencia y moderación, estos mecanismos permiten generar espacios para el diálogo, la negociación y la cooperación y, esas bases, abren la oportunidad para opciones infinitas, todas orientadas a la creación de paz, convivencia, tolerancia y seguridad.
Entre los detractores más mordaces del multilateralismo han destacado los movimientos populistas autoritarios y la izquierda radical en la región, que han difundido expresiones como: “los pueblos de hambre en hambre, los Jefes de Estado de Cumbre en Cumbre”. Naturalmente eso ocurría cuando ellos buscaban el poder; luego, al asumir los gobiernos en muchos de nuestros países, inician un show con muchos y falsos discursos. Ahora, gracias a ellos, las Cumbres si son efectivas, humanas, transformadoras.
Indaguemos brevemente detrás del oropel discursivo revolucionario y encontraremos muchas Cumbres de la ALBA, la CELAC, la UNASUR; que se efectuaron gracias al despilfarro y la corrupción de la chequera venezolana. Los “panas revolucionarios de Lula, Dilma, los Kirchner (Ernesto, Cristina), Lugo, Pepe, Evo, Correa, Ortega y los dueños del circo los dictadores Castros”; ahora, de cumbre en cumbre y sus pueblos en pobreza
Naturalmente el caso más dramático es el venezolano, pues se despilfarraron los cuantiosos ingresos petroleros, se destruyó al país, para perpetuarse en el poder y en las Cumbres se ataca permanentemente al imperio, que gracias a pagar oportunamente sus compras de petróleo, termina financiando las Cumbres y la ideología que busca destruirlo (paradojas revolucionarias).
Otro caso patético es el cubano, donde el colosal fracaso del modelo que mantiene en pobreza y sumisión a su pueblo, según el discurso oficial: “no es culpa de los dictadores, es culpa del embargo de los Estados Unidos”. Las Cumbres para mentir sistemáticamente y promover “chivos expiatorios”. Todos los demás son culpables, menos los verdaderos culpables pues si detectan el poder gozan de impunidad.
Absolutamente comprensible la decepción y rechazo de los pueblos sobre las Cumbres, los autoritarios las han transformado en el show de la farsa.
Resulta penoso recordar cuando una Cumbre de la ALBA efectuada en Ecuador, lanzaba odas sobre los indígenas, pero no dejó entrar a un grupo de indígenas ecuatorianos que cuestionaban las arbitrariedades de Rafael Correa
Las anécdotas son muy variadas y el sentimiento popular profundo, pero no debemos derrotarnos; por el contrario debemos trabajar para promover la esencia creativa de las Cumbres, en este sentido, tenemos la esperanza que la próxima Cumbre del Grupo de los 20, que está organizando el gobierno de Argentina y arranca el 30 de este mes de noviembre, pueda ser un ejemplo de trabajo efectivo y creativo.
En efecto, circulan comentarios optimistas sobre los posibles avances en las negociaciones entre Estados Unidos y China para superar la actual guerra comercial y sobre la consideración de la revisión de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Dos temas fundamentales cuyos progresos contribuirán a generar mayor certidumbre en el comercio mundial, lo que debería traducirse en mejores condiciones de vida para los pueblos.