Mientras el presidente Erdogan de Turquía se queda sin dinero, ahora, más que nunca antes, usa la religión para explotar los Balcanes, especialmente los Estados que son más susceptibles a la influencia islámica. Bosnia está a la cabeza de la ambiciosa agenda islámica de Erdogan, donde no escatima en capital político ni recursos financieros, incluso bajo sus actuales dificultades económicas, para afirmar su influencia y distanciar al país del alcance de la UE. Obviamente, los bosnios no pueden sobrevivir simplemente siendo musulmanes devotos, con una tasa de desempleo juvenil de casi el 60 por ciento. Es poco probable que Turquía se recupere económicamente en el corto plazo, y las promesas de Erdogan de proporcionar ayuda financiera e inversiones sonarán vacías frente a la profundización de su crisis financiera.
La guerra de las palabras, la hiperinflación, las sanciones de EEUU Y las inversiones imprudentes en dinero prestado han ido reduciendo progresivamente el valor de la lira turca. Hace cinco años, 1 dólar valía 2 liras; hoy, seis liras se cambian por un dólar, pero eso no ha desanimado a los líderes bosnios de buscar una asociación más cercana con Erdogan.
Bakir Izetbegovic, líder musulmán bosnio y gobernador de la presidencia tripartita de Bosnia, dijo en mayo pasado (frente a miles de expatriados turcos y partidarios bosnios de Erdogan que viajaron desde toda Europa a Sarajevo) que “Dios ha enviado a [nuestras] naciones persona para devolverlos a su religión… Él es Recep Tayyip Erdogan. Seguimos estando de pie con la ayuda de Dios”. La multitud aplaudió cuando un líder de la diáspora turca equiparó e idealizó a Sarajevo como” la Jerusalén en el corazón de Europa”.
Bosnia estaba más que dispuesta a abrir la puerta para que el presidente turco organizara una manifestación electoral en Sarajevo, especialmente después de la negativa de la UE a permitirle hacer campaña en sus Estados miembros. Para Erdogan, los Balcanes son la región que puede ponerlo en una posición para realizar su objetivo político de revivir una cierta apariencia del Imperio Otomano al tiempo que socava la influencia de la UE en estos países.
Bosnia consta de dos entidades: la Federación de Bosnia y Herzegovina, cuya población está compuesta por musulmanes bosnios y católicos croatas; y La Republika Srpska, donde los serbios ortodoxos son mayoría. Aproximadamente la mitad de los 3,8 millones de ciudadanos de Bosnia son musulmanes, muchos de los cuales consideran a Erdogan su líder confiable, si no su salvador.
Durante más de una década, Erdogan ha invertido fuertemente en la difusión de su influencia entre los Estados balcánicos, y Bosnia fue y sigue siendo uno de sus principales objetivos. Prometió una inversión multimillonaria en una autopista clave que conecta Serbia y Bosnia. Turquía y Bosnia firmaron una carta de intención para la construcción de una carretera que conecta las dos capitales de los Balcanes, un proyecto que se estima costará 3.500 millones de dólares, que aún no ha comenzado debido a la falta de recursos financieros.
Mientras tanto, la Agencia Turca de Cooperación Internacional y Desarrollo (TIKA, por sus siglas en inglés), un vehículo a través del cual Turquía difunde su agenda islámica en los Balcanes, ha completado más de 800 pequeños proyectos en Bosnia, en su mayoría relacionados con instituciones religiosas.
Los líderes europeos ya han expresado su preocupación por la influencia de Turquía en los Balcanes. Hace apenas unos meses, el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró: “No quiero que los Balcanes se vuelvan hacia Turquía o Rusia”.
Durante su discurso de mayo en Sarajevo, Erdogan instó a sus partidarios a participar activamente en la política europea para contrarrestar el sentimiento anti- turco. “Ustedes necesitan estar en esos parlamentos en lugar de los que traicionan a nuestro país”, dijo, refiriéndose a los legisladores europeos con raíces turcas.
En una conversación con nosotros, Orhan Hadzagic, analista político de Bosnia, dijo que Erdogan es adulado por los bosnios como algo más que un líder extranjero. Él retóricamente pregunta: “Desde la última visita de Erdogan a Bosnia, ¿cuál fue el beneficio para los ciudadanos bosnios de ese encuentro, un evento en el que participaron los jefes de dos partidos que se apoyan mutuamente?”.
Hadzagic está convencido de que su país está arriesgando su acceso a la UE abriendo sus puertas a Erdogan, desde donde desafía directamente a Bruselas. “Muchas ONG´S”, dijo, “están cerca de Turquía, reciben apoyo financiero para cambiar la imagen negativa y la percepción sobre el aumento del régimen autoritario en Turquía, entre los bosnios”.
Aunque una gran mayoría de los bosnios no ve ninguna alternativa a la Unión Europea, son apasionados en su apoyo a Erdogan. En una encuesta realizada por el International Republican Institute y publicada en marzo de este año, el 76 por ciento de los bosnios dijeron que tenían opiniones positivas sobre el papel de Turquía en su país.
Para Erdogan, Bosnia ocupa un lugar especial y se esforzará por mantener su imagen como líder religioso y como salvador económico. Dicho esto, “la lista de prioridades de Erdogan está creciendo, por lo que Bosnia inevitablemente está descendiendo en esa lista”, dijo Hadzagic, “lo que reducirá [la influencia de Erdogan en] el Estado, las ONG´S y las organizaciones de medios aquí en Bosnia. En consecuencia, conducirá a la reducción de la influencia de Ankara”.
Como tal, Erdogan está aumentando su enfoque en los medios de comunicación locales y las instituciones no gubernamentales en Bosnia brindándoles cierta ayuda financiera para apoyar su agenda política. Pero incluso eso se está volviendo financieramente oneroso, lo que hace que sea más difícil continuar con su campaña mediática.
Sead Numanovic, un conocido periodista de Bosnia, nos dijo que “la UE y EEUU continúan siendo (y me temo que seguirán siendo así) muy pasivos en los Balcanes, este entorno ofrece un espacio adicional para que Erdogan trabaje fácilmente en su agenda anti-occidental”.Esto explica por qué el Partido AK de Erdogan ha abierto recientemente una oficina en Sarajevo, su primera sucursal oficial en los Balcanes.
Un portavoz de la Embajada de Turquía en Sarajevo dijo a Foreign Policy que Turquía apoya firmemente el proceso de adhesión a la OTAN y la UE de Bosnia y Herzegovina: “Turquía no busca la influencia en Bosnia, sino para fomentar la estabilidad política por el bien de toda la región”. No hay nada más lejos de la verdad.
Xhemal Ahmeti, un historiador y experto en asuntos del sudeste europeo, dijo que los musulmanes de Bosnia actualmente son más leales al autócrata turco. “Los musulmanes bosnios han perdido la esperanza de que su Estado trinitario se convierta en un miembro de la UE. Es por eso que confían en Turquía para sobrevivir, dado que están emparedados entre católicos, croatas conservadores y jurisdicciones ortodoxas”, dijo Ahmeti. “Paradójicamente, sin embargo, mientras los bosnios musulmanes buscan la protección de Erdogan contra los ortodoxos (serbios y rusos), los aliados cercanos de Erdogan son Putin y [el primer ministro de Serbia] Vucic”.
Los líderes y ciudadanos bosnios deben darse cuenta de que Erdogan se está acercando cada vez más a Rusia e Irán. La UE ya dejó en claro que, dado que la plena adhesión a sus estatutos, especialmente en materia de derechos humanos, libertad y democracia, son requisitos previos para ser miembro de la UE, Bosnia no debe acoger a Erdogan porque ha abandonado flagrantemente los principios fundacionales de la UE. El desarrollo de una democracia completa en Bosnia no le interesa.
Ahora depende de los líderes bosnios determinar su propio destino, que inexorablemente debe vincularse con la membrecía plena a la UE si quieren crecer y prosperar al tiempo que adoptan una democracia plena.
Esto no sugiere que deberían cortar las relaciones con Turquía como una potencia regional, con la cual necesitarán intensificar el desarrollo de una relación mutuamente lucrativa una vez que Erdogan abandone la escena política.
Mientras tanto, deben ser cautelosos en sus tratos con Erdogan, quien los manipula usando el Islam para perseguir su siniestra agenda política.
Alon Ben-Meir es Profesor de Medio Oriente del Center for Global Affairs de la Escuela de Estudios Profesionales de laUniversidad de Nueva York (NYU-SPS).
ArbanaXharra es autora de una serie de informes de investigación sobre los extremistas religiosos y la agenda islámica de Turquía que opera en los Balcanes. Ha ganado numerosos premios por su informe, y fue galardonada en 2015 con el Premio Internacional de Mujeres de Coraje del Departamento de Estado de EEUU.