Este artículo que escribimos para la página de nuestro Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (COVRI), no pretende limitarse a un análisis del proceso electoral presidencial en Venezuela del 20 de mayo de 2018; más bien va dirigido a algo más importante con base en el hecho de que los países “No se acaban”… Es el día después al 20-M y los escenarios que de acá pudieran desprenderse, que para nosotros vienen signados por la Polarización, el Conflicto y la Ingobernabilidad en Venezuela.

Estos escenarios tienen un doble tablero de juego, siguiendo el método de Joseph Nye Jr., en medio de la complejidad y la Turbulencia Internacional, donde los hechos, categorías y conceptos, definidos como “Puntos de Referencia”, están en constante movimiento: Por una parte está el Tablero Doméstico-Nacional, y por otra parte está el Tablero Internacional a partir de la percepción que se tenga del proceso electoral del día de hoy en nuestro país. Para ambos terrenos de juego, las categorías Polarización, el Conflicto y la Ingobernabilidad son transversales y omnipresentes.

En lo que refiere al Tablero Nacional: El régimen de Nicolás Maduro Moros decidió emprender la acción contenida en el “Programa de la Patria”, que cita las palabras de Antonio Gramsci, respecto a que “Se ha pasado el Punto de No Retorno para la definitiva instauración, consolidación y profundización del Estado Socialista Comunal que promueve la Revolución Bolivariana”, ahora ¿Qué implica ello?

Maduro busca, luego de su avance acelerado hacia convertirse en un Autoritarismo Hegemónico tratar de utilizar este proceso electoral del 20 de Mayo como un elemento legitimador, pero al mismo tiempo como una forma de apoderarse del poder para terminar la profundización de la Revolución, hasta el punto de hacerla irreversible. Ello creemos que puede ser el principio del fin de su permanencia en el poder, porque abre demasiados frentes que atender y pocos recursos para hacerlo.

La gran abstención del 61% (según las poco confiables cifras del CNE), además de los distintos ilícitos electorales que se sucedieron y que fueron denunciados pos los candidatos Falcón y Bertucci (puntos rojos a menos de 200 mts de los centros de votación, compra de votos y métodos diferentes de proselitismo político y de coacción a través del carnet de la patria); la violación del acuerdo electoral entre Maduro, Falcón y Bertucci que rompió “los puentes de plata” para la conformación de una “nueva oposición light y potable para incrementar la gobernabilidad”, un “Gobierno de Unidad Nacional”, y finalmente pero no menos importante, una contraparte para un diálogo, pueden estar detonados por ausencia de confianza. Otro frente es sin duda merma de la base social del “Chavismo-Madurismo” para llevar adelante una Reforma Constitucional por vía de la ANC que represente la definitivamente “Cubanización de Venezuela”, cosa que puede definitivamente exacerbar los conflictos internos que propicien las tan ansiadas fisuras que abran las puertas a una transición.

Pero el efecto interno puede ser aún más devastador para el gobierno, luego de resultar  Maduro ganador. En vez de que Falcón y Bertucci se conviertan en una “Oposición Potable” que normalizara el juego político, producto de los ilícitos podría incrementarse y consolidarse la Polarización, y éstos, (tal como declararon antes de anunciarse los resultados), podrían unir esfuerzos y convertirse en una suerte de Alejandro Toledo a la venezolana (haciendo referencia a las elecciones en el Perú donde Toledo se enfrentó a Fujimori, más allá de condiciones desiguales de competencia electoral, cosa que provocó, poco tiempo después una transición), uniéndose a la MUD y al Frente Amplio Venezuela Unida para comandar la movilización social que no permita la gobernabilidad, con base al legítimo derecho a la protesta establecido en la Constitución.

Ello consolidaría la Polarización y la base de sustentación de Maduro, reducida y mermada, solo estaría siendo movilizada a cambio de dinero o comida, pero ¿Qué pasa si ya el gobierno no tiene prebendas que repartir, y la oposición llegara a unirse más allá de los pareceres diversos? Solo quedaría la aplicación sistemática de la violencia para mantener el orden.

Esto dejaría desenmascarado al gobierno de Maduro, desnudo en su condición de Gobierno Forajido que huye hacia adelante y quema las naves para cerrar el círculo de hacer de Venezuela un Estado Fallido que no responda a las demandas y necesidades de los ciudadanos.

En lo que respecta al Tablero Internacional: Utilizaremos la metáfora boxística de “Cuando el contrincante está contra las cuerdas, preciso sería rematar”. La Diplomacia tiene sus formas de proceder particulares, que comienza por formas suaves de “Persuasión” para que voluntariamente el Gobierno Forajido pueda cambiar su parecer, y de no ser logrado esto, se ponen en marcha otros procedimientos más “Disuasivos” para corregir una determinada situación anómala. El problema es que la Sociedad Internacional es como una avalancha. Tarda en formarse y producirse, pero una vez activada, es imparable.

El resultado de hoy, no será valido y mucho menos legitimo porque está cargado de fallas estructurales que no cumplen con las reglas globalmente admitidas de la Democracia. Así y producto de la Interdependencia generada por la Globalización, que hace que las fronteras sean porosas, que todo lo que sucede en una sociedad repercuta sobre las otras “en tiempo real”, hace posible el llamado “Deber y Responsabilidad de Prevenir” violaciones a la Democracia y a los Derechos Humanos frente a un Gobierno Forajido. De allí a que creemos que el conflicto se agudizará y seremos testigos de una Escalada de acción colectiva y descentralizada de la Sociedad Internacional, más aún cuando el “Grupo de Lima”, la OEA y el Parlamento Europeo solicitaron que se suspendieran las elecciones y se permitiera a posteriori la celebración de un proceso verdaderamente competitivo.

Hay que entender que Venezuela es considerada un problema y una amenaza para el mundo occidental que es preciso y urgente atender, más aún en América Latina donde aún está por delante procesos electorales en Colombia, Brasil, México y elecciones de medio mandato del Congreso de los EE.UU., donde el tema de Venezuela está sobre el tapete sin duda.

Esto es un elemento de entorno que es indispensable observar para aquellos que piensan que habría una “Normalización y Negociación” de relaciones de un eventual nuevo gobierno de Maduro con los Estados Unidos u otros actores. Ello no lo consideramos posible, y habría sido posible de no haber pasado la línea roja de realizar “Como diera lugar”, el proceso electoral del día de hoy. El régimen de “Maduro quemó las Naves” y su margen de maniobra y negociación se redujo sensiblemente.

Un ejemplo que podría soportar nuestro argumento es que, el Presidente Donald Trump  a través de su slogan de campaña “Let´s Make America Great Again”, está tratando de recuperar el rol protagónico del Excepcionalismo Estadounidense, por lo que no creemos que flexibilice su posición, y más bien buscará hacer creíble su amenaza, más aún cuando habrá unas “Mid Term Elections del Congreso”, y sin duda, Venezuela ya no es solo un tema de Política Internacional, sino que también ya es un tema de agenda de Política doméstica que podría hacer que él se asegurase muchos votos a favor, si colabora a construir una transición en nuestro país junto a otros países y/u organizaciones.  

Subsecuentemente, creemos que la Sociedad Internacional acrecentará las presiones diversas al gobierno surgido de estas elecciones; quizás se produzca el retiro de embajadores, o suspensión de Venezuela de Organizaciones Internacionales como la OEA, o ser llevado el régimen al Consejo de Seguridad de la ONU si la crisis de Venezuela se materializara como una amenaza a la Seguridad Internacional.

Frente a este último punto debemos mostrar nuestro desacuerdo, si llegara a producirse la Suspensión de Venezuela en la OEA, porque aislar y dejar sola a Venezuela en manos de un Forajido es casi como abandonar a un rehén en manos de un secuestrador. En cambio, hace falta una presión y acción colectiva para hacer efectivo el Orden Internacional ante Gobiernos Forajidos Infractores para el rescate de la Democracia Venezolana, en el marco Institucional Internacional.

Mientras tanto, parece que la sabiduría popular sabia, habla por si sola: Para algunos “Perdiendo también se gana”, y para otros, gracias a su soberbia que les impide ver la realidad, “Ganando también se pierde”.

Amanecerá y Veremos…

@carlosjrlunar

 

 

 

 

 

 

 

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