El balance del año 2017 está a la vista: en lo económico somos el país con la mayor inflación y las mayores reservas petroleras del Mundo, pero con una escasez critica de combustible; en lo social rompemos todos los índices en materia de mortalidad infantil, deserción escolar y maternidad precoz; y en lo político hemos tenido elecciones a una Constituyente y regionales pero sin la posibilidad de elegir libremente; por ello, es preferible analizar las perspectivas para el año 2018. En este orden de ideas, las mismas no parecen ser muy esperanzadoras. Sir Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial le dijo a su país: “lo que viene es sangre, sudor y lágrimas”. El régimen lo que ofrece es circo, porque pan no hay, y lo que hace cada día es impedir o boicotear cualquier salida democrática o negociada a la crisis que vive el país.

A nivel internacional, cerramos 2017 con el tête à tête con Brasil y Canadá al declarar “persona no grata” a sus Embajadores, el acto más inamistoso que en diplomacia se puede hacer; pero lo más insólito es que la “supra-presidente” de la Constituyente fraudulenta, en funciones de Canciller, asuma también las del Presidente de la Republica al darse el tupe de declarar “persona no grata” a un Embajador. Con esta declaratoria, Delcy Rodríguez está abrogándose las responsabilidades del Presidente quien por la Constitución de 1999 es el responsable de la conducción de las relaciones internacionales, y del Ministro de Relaciones Exteriores de su instrumentación. Ergo, si el Ministro es incapaz de proceder como le corresponde, es necesario buscar un Ministro de Exteriores con “moto propia” que lo haga.

Planteamos esta situación porque un Canciller, un Ministro de Exteriores o un Secretario de Estado, es el funcionario de más alto nivel administrativo,  para instrumentar la política exterior. Hoy vemos a Serguei Lavrov, Canciller de la Federación de Rusia, quien ha sabido intermediar en crisis gravísimas como la de Ucrania, Siria y recientemente Corea del Norte, llevándola a un punto de entendimiento entre las partes, o la propia Canciller de Colombia que siempre está “bajándole dos” a las relaciones entre Santos y Maduro.

Es inconcebible que Venezuela con un Canciller, que además es un supuesto profesional en la materia, no tenga una iniciativa diplomática seria y consistente para empezar a cambiar la actual situación de aislamiento regional, con contenciosos territoriales con Colombia y Guyana; endeudada por todos lados; en medio de un default selectivo; acosada por la corrupción; narcotráfico; lavado de dinero, para remate también este peleada con todos sus vecinos; Colombia; Brasil; Guyana, EEUU, y Países Bajos.

Las relaciones Internacionales y la política exterior son las ventanas al Mundo globalizado donde los dictadores y cachorros de dictadores no tienen cabida ni espacio para violar principios que se han convertido en universales como es el derecho a vivir en democracia y libertad. Un cambio de Canciller para empezar el año no caería mal.

@grevanales

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