El 31 de Mayo fue la fecha acordada –después de varios encuentros preparatorios- para la realización definitiva de la Reunión de Consulta de Cancilleres de la OEA convocada por el Consejo Permanente para tratar el tema de Venezuela con el voto favorable de la mayoría de países latinoamericanos. Esto fue demasiado para un gobierno que no puede tolerar ningún tipo de mención que “se atreva” a tratar algún tema en base a los mandatos que derivan de diversos Tratados y Acuerdos de los cuales Venezuela forma parte, por considerar que – a pesar de la obligatoriedad de cumplir con las obligaciones contraídas que derivan del Derecho Internacional- no está dispuesta en acatarlas por consideran –equivocadamente- que atentan contra la “sacrosanta” soberanía nacional, a pesar de estar plenamente contemplados en la Constitución, en los temas que se refieren a los Derechos Humanos y Democracia . Por ello, el gobierno bolivariano, descontento con la decisión, acordó solicitarle al Secretario General Luis Almagro la salida de ese organismo.
Este nuevo y grave error diplomático de la Casa Amarilla – que por primera vez se invoca voluntariamente por uno de los miembros desde la aprobación de la Carta de la OEA en 1948- se debe al hecho de que los dirigentes del “Socialismo del Siglo XXI” no quieren aceptar que el modelo que se exportó hacia los países de la región gracias al apoyo de Cuba, fracasó, cambiando la realidad política y produciéndose un nuevo equilibrio político diferente al que existía hace algunos años. Ya el oficialismo no cuenta con el apoyo que tenía ni tampoco logra la “solidaridad automática” con la que sus aliados del ALBA imponían el silencio para impedir un debate en el organismo continental sobre las violaciones a la Carta de la OEA, la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Carta Democrática Interamericana. El péndulo ha girado hacia el lado de la Democracia Representativa con los valores y compromisos que derivan del sistema
La decisión unilateral de no presentarse en las reuniones a pesar de que sigue siendo miembro de la institución hasta que transcurran dos años después de hecha la denuncia del Tratado, demuestra la incapacidad del régimen para dialogar, porque los Representantes del Gobierno no quieren o no pueden responder a las múltiples interrogantes y preocupaciones sobre el giro totalitario y represivo de los últimos meses que han “producido una grave alteración institucional del orden democrático” como afirma la más reciente resolución aprobada por el organismo continental.
En los días previos a la Reunión de Cancilleres, los Embajadores se reunieron en varias oportunidades en la sede del organismo Panamericano con el fin de negociar un texto de consenso sobre las decisiones que se adoptaran. La última votación muestra que se acerca la posibilidad de una posición común, ya que los aliados Caribeños han optado por dejar su posición tradicional de votar a favor de Venezuela, y más bien se han abstenido o ausentado durante la votación, lo que demuestra un serio precedente que se suma al aislamiento creciente de los efectos que derivan de la radicalización de la “revolución bolivariana”.
Como quiera que está descartada la posibilidad de la eventual sanción de suspender al país como miembro de la OEA, porque el Gobierno se auto-excluyó del organismo por decisión propia (a pesar de que algunos países se negaban en adoptar esta posición por considerar que era más conveniente mantener a Venezuela dentro del organismo para exigirle el cumplimiento de sus obligaciones), pareciera que los Ministros de Relaciones Exteriores se inclinaran por recomendar que se apruebe la creación de un “Grupo de Países Amigos” (“Amigos del Estado Venezolano” y no “Amigos de Maduro” como aspira la propuesta oficial). Otra posibilidad es la designación de un “Grupo de Contacto” para encontrar una salida a la grave crisis existente, que permita aproximar posiciones entre el Gobierno y la Oposición descartando la dinámica pro Gobierno que le ha venido dando la posición de la “Troika” de Samper para prologar el “status quo”.
Esta Reunión de Cancilleres es Extraordinaria y muy probablemente decidan mantener el tema en la agenda que permita que se mantenga el tema para ser tratado durante la próxima Asamblea General del organismo que se realizará en Cancún en el mes de Junio, en la que podrán adoptarse otras decisiones estatutarias para enfrentar la grave situación venezolana.
La OEA tomara en cuenta que otros organismos internacionales también han recibido los embates de la “diplomacia de confrontación” como fue la abrupta salida de la CAN, o del Grupo de los Tres (con México y Colombia), o del Acuerdo de San José, o del marginamiento en MERCOSUR, o de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, o del incumplimiento de las decisiones adoptadas por la CIDH o los diversos Comités del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
Entre todos esos mecanismos, el más grave fue la reciente inclusión de Venezuela en la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU, que si bien fue informal y a puertas cerradas, fue una campanada de la “diplomacia preventiva” obligando al Gobierno de Maduro a sentarse “en el banquillo de los acusados” ante los 15 miembros que integran el Consejo de Seguridad de la ONU, convocados para conocer los alcances de la crisis venezolana en base al Informe presentado por el Secretario General Adjunto de Asuntos Políticos de la ONU, Miroslav Jenca.
Uruguay -a quien le correspondió presidir de manera rotativa esa reunión del Consejo de Seguridad- tratando de ayudar a su ex aliado venezolano, dijo que a su juicio el “tema no tenía que estar en la agenda, porque Uruguay prefiere mantener la discusión en los organismos regionales” Pero lo que no señaló el diplomático de la Republica Oriental,es que ello no es aplicable debido a la torpe salida de Venezuela de la OEA, porque ello le abrió las puertas a la ONU que podría pronunciarse en el futuro para imponer la solución pacífica de la controversia de conformidad con el Capítulo VIII de la Carta del organismo Mundial
Pero este grave precedente planetario, no excluye que la OEA trate el tema el 31 de Mayo, mientras que ese mismo día, el Parlamento Europeo invitó al Presidente de la Asamblea Nacional Julio Borges para ser recibido por los eurodiputados, como señal de desagrado por el reciente escándalo de diputados del PSUV en la reunión de EuroLat en Florencia, con lo que no solo estará en el radar de la OEA sino también en el de otros Organismos Internacionales.
@milosalcalay