Las delegaciones de los 14 países que convocaron la reunión especial del Consejo Permanente de la OEA, que representan la suma de la mayoría del territorio del Hemisferio, de su población, y donde están representados los países con los que Venezuela tiene límites terrestres, aspiran a ejercer la diplomacia preventiva y cumplir con el principio de responsabilidad compartida que está lejos de violar los fundamentos de la carta fundacional de la OEA y menos de la Carta Democrática Interamericana. Esta iniciativa tiene precisamente como finalidad prevenir una crisis mayor.
Vemos perfectamente coherente esta opción de la diplomacia multilateral en la situación venezolana. Se debe emplazar cuando la Comunidad Internacional, a través de mecanismos previamente establecidos, persigue evitar conflictos mayores que se puedan producir como resultado de situaciones internas. Sin injerencia directa, previenen a través de gestiones y cooperación que estas disputas escalen y/o afecten a países vecinos, a una región, o que generen situaciones que requieran posteriormente ayuda humanitaria. Las alertas que se hacen hoy en día desde foros, organizaciones intergubernamentales y países amigos con relación a la crisis en Venezuela es diplomacia preventiva. Lo que pase en Venezuela puede afectar a toda la región. Por ejemplo, a Colombia, en términos de emigración, refugiados, comercio, narcotráfico, etc. Si la situación de Venezuela no se resuelve democráticamente, las consecuencias se convierten en una carga para muchos países. Por ello, cada actor que apoye el diálogo y el retorno del hilo constitucional es una importante ayuda para prevenir una crisis social y política que empuje a una confrontación violenta entre venezolanos.
@bernalette1