El 25 de Marzo, Caracas se vistió de gala para conmemorar en la sede de la Embajada de Italia, los 60 años de la firma del Tratado de Roma. Las intervenciones de la Embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Aude Maio-Coliche, destacó la forma como el sueño de la unidad en la diversidad se hiciera realidad en la Europa Comunitaria, mientras que el Embajador de Roma, Silvio Mignano recordó la etapa de las grandes esperanzas de los ciudadanos, quienes quisieron salir de la pesadilla de la primera mitad del Siglo XX para transformar la “Europa del Horror” -devastada por las ambicionas totalitarias- en la “Europa de la Convivencia”. Así comenzó la construcción de la Europa sin fronteras, con una moneda común, con la convicción que debe imperar el imperio de la ley, de la justicia, de la libertad, de la democracia y de los Derechos Humanos.
Al igual que en nuestra ciudad capital, la conmemoración del Tratado de Roma se sintió en todas las 28 Capitales Europeas, conscientes de que la unidad del Viejo Mundo devastado por la II Guerra Mundial, exige hoy que sus dirigentes asuman de nuevo el reto con lucidez para enfrentar los nuevos desequilibrios existentes y lograr un espacio común de desarrollo, solidaridad e integración.
El reto que tienen hoy los herederos de los Padres Fundadores de Europa, es enfrentar a los agnósticos de la integración que se ubican en el otro extremo de Europa, y que hunden su raíces en el odio multiplicando mensajes anti-integracionistas de dirigentes populistas eurofobos que se han consagrado en denunciar la burocracia de Bruselas, y proponer la destrucción de las estructuras supra-nacionales logradas a través de seis décadas.
Para los venezolanos presentes en el acto, queda muy clara la necesidad de que los nuevos protagonistas la Unión Europea sigan el ejemplo de los Konrad Adenauer, Alcides de Gasperi, Maurice Schuman, y tantos otros forjadores del sueño europeo, y rechazar los postulados “soberanistas” con voceros que usan expresiones anti-diplomáticas como Boris Johnson, triunfador con el Brexit, o Beppe Grillo en Italia, o Marine Le Pen en Francia, por no mencionar sino algunos de los idealistas anti-europeos
Es evidente que la consolidación de los principios y valores de la solidaridad y de la justicia social, tienen que tener en cuenta el desgaste natural producto de los anti-valores de la corrupción y de la ineficacia, por lo que hay que rechazar de plano la retórica de la destrucción a través de propuestas populistas anti-sistema, originados por el desempleo, la masiva presencia de refugiados, los atentados fundamentalistas. Ojalá la sensatez de los dirigentes demócratas logren transformar la actual realidad promoviendo nuevos liderazgos honestos y capacitados, para frenar la onda de la destrucción, que no es el camino acertado. La Consolidación de la Europa de la Integración, es al mismo tiempo, un modelo muy claro para otras regiones como la nuestra, que también debe enfrentar el populismo, para que los efectos de destrucción impidan que se puedan producir los tipos de dictadura que presupone el fracasado “Socialismo del Siglo XXI”.
@milosalcalay