Los primeros días de Trump con la firma de actos/decretos y las muestras de Diplomacia Digital con el mandatario mexicano fue parte del contexto informativo en el que se desarrollo la Cumbre de la CELAC.
La ausencia de varios líderes del Continente generó una foto familiar donde destacaban los mandatarios y primeros ministros de los países caribeños y del ALBA. Con la V edición de la CELAC concluyó el período rotativo de la Secretaría Pro-Témpore de República Dominicana, pasando el testigo a El Salvador.
Esta reunión fue escenario para despedir a Rafael Correa (Ecuador) y a Jocelerme Privert (Haití) quienes concluyen sus mandatos en pocos días. Las próximas elecciones ecuatorianas del 19 de febrero definirá el sucesor de Rafael Correa; a su vez en el caso de Haití el próximo 7 de Febrero asume la Presidencia Jovenel Moïse quien luego de un lapso de discusión sobre los resultados de la primera vuelta electoral se confirmó su victoria con el 56% de los votos.
En términos generales el ritmo de la reunión fue de una prudencia supina. No hubo discursos provocativos con el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Se siguió el cronograma en el caso de las reuniones técnicas y de Cancilleres, pero fue recargado por reiterativos discursos en la sesión de mandatarios y representantes.
El resultado, un documento final denominado “Declaración Política de Punta Cana”.
Sin desmerecer los temas de la agenda de la reunión y el lobby regional ante organismos especializados de las Naciones Unidas que estuvieron presentes (asuntos por abordar en otras reflexiones), se destacan dos casos contrapuestos en términos de las estrategias diplomáticas y el resultado que podríamos calificar “entre el entusiasmo y la prudencia diplomática”.
1) El entusiasmo en los calificativos característicos al respaldar los temas de las relaciones Cuba-EEUU (fin del bloqueo económico y devolución de la base de Guantánamo), demostrando el peso de la diplomacia cubana es estos espacios;
2) Solidaria prudencia ante los alegatos del mandatario venezolano sobre una conspiración desde Washington (no fue avalada por las delegaciones) sobre la crisis política y económica en Venezuela y el consenso sobre ese tema en la Declaración final que solo le da peso a las gestiones de diálogo y exhortando al cumplimiento de los compromisos adquiridos.
El Salvador ejerce ahora la Presidencia Pro-Témpore 2017-2018 y aunque parezca alejado es pertinente recordar que la sucesión en estas funciones debe recaer en un país miembro de la CARICOM.
@mirnayonis