Política exterior de Brasil: Año 2015 – Por Jesús E. Mazzei Alfonzo
Tanto en los años de los gobiernos de Collor de Mello y Cardoso, como posteriormente en los gobiernos del PT, se le han dado un cariz más acorde a los nuevos temas del área internacional; Lula y la Presidente Dilma Rousseff con una visión más social de la democracia entre otros, pero que mantienen un hilo conductor. Estos serán los rasgos definidores de la política exterior en el segundo gobierno de Dilma Rousseff. Los debates entre los candidatos arrojaron oscilaciones y énfasis en temas como EEUU, China, Unión Europea, América Latina, MERCOSUR, los temas de la negociación de Doha entre otros, pero guardando un denominador común estos temas de la agenda internacional del Brasil, en estos ejes, a saber:
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la obtención de resultados externos.
El universalismo: entendido éste como el todo el acervo de contactos bilaterales que constituyen el patrimonio del Brasil. También la diversidad de contactos bilaterales sirve para la realización de los intereses nacionales. Y finalmente esta vocación universal, encuentra sus raíces en el hecho que los brasileños consiguieron establecer relaciones pacíficas e instrumentalizadas con países situados en todas partes del Mundo.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad nacional. Los tratados y convenios son vistos como instrumentos jurídicos que buscan acuerdos con factibilidad de cumplirse y que sean favorables a todas las partes intervinientes.
Realismo y pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desidiologiza la acción internacional.
Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria internacional.
Es decir, hay una tradición de la praxis diplomática, la cual es radicalmente contraria a la intervención, por el rechazo que podría dar, el legitimar eventuales intervenciones o acciones correctivas fuera del sistema o ambiente de poder internacional.
Si partimos desde los años noventa hay un hilo conductor tanto en la agenda y los temas internacionales tendencia, la cual se acentúo durante los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff y sobre todo en los años venideros, dentro de un contexto de mayor globalización representado por la elevación exponencial de las interconexiones entre países, donde Brasil ha buscado entre otras cosas:
Primero, buscar insertarse en una economía internacional altamente integrada y competitiva, hoy en día con un escenario distinto del precio de los commodities y el giro que está teniendo la política de EEUU, que repercutirá en la economía mundial.
En segundo lugar, mantiene los márgenes de maniobra, para no inviabilizar su histórico proyecto nacional, con base en los principios arriba enunciados. Busca construir un adecuado y perfil político y económico de acuerdo con la nueva configuración del poder mundial que va de la bipolaridad a la multiporalidad.
Ahora bien, la política exterior de Brasil, tiene tres interrogantes hacia el futuro:
En primer lugar, ¿qué es lo que Brasil desea obtener de su relación con el medio internacional? La respuesta evidente y con un claro objetivo, es conseguir el intercambio externo para la realización del desarrollo, tanto en su dimensión económica como social, para lograr profundizar los derechos humanos y un medio ambiente sustentable.
En segundo lugar, ¿cómo Brasil desea relacionarse con la comunidad internacional?, aquí están los principios que tradicionalmente han orientado su política exterior, tales como la no intervención, el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos y la solución pacífica de las controversias.
La tercera pregunta, ¿cuál es el Mundo que ellos desean?, puede estar resumida en algunas ideas fuerzas: paz, desarrollo, y participación amplia. Por ello es que el Brasil está trabajando en conjunto con otros países, para la reforma de los organismos multilaterales y ordenar y crear un mundo multipolar en un horizonte a mediano plazo.
En ese sentido, la política exterior del Brasil en los últimos años, busca la autonomía y la integración, en vez de una autonomía aislacionista, procura una autonomía de acción articulada con el medio internacional, buscando la realización de sus intereses.
Publicado originalmente en El Universal