Alberto Adriani, 1936-2019

Hace 83 años, culminó su parábola vital este insigne venezolano. Entre otras cosas, es interesante plantearse el estudio de su experiencia internacional, como elemento adicional a la investigación de su pensamiento y acción política, ya realizado profusamente por académicos venezolanos. Su paso, primero por Europa por casi 10 años, lo nutrirán de novedosas ideas y luego, en particular su andadura por la División Agrícola de la Unión Panamericana donde pasa casi tres años, será fundamental en su formación intelectual y de hombre público, en la visión científica de los problemas económicos y  de por sí, en una perspectiva multidisciplinaria.

Alberto Adriani, es para muchos conocedores de las finanzas públicas y la economía en el país es el más brillante Ministro de Hacienda que ha tenido el país a pesar del corto ejercicio en el cargo, por su visión  y trabajo realizado. Fundador además, del Ministerio de Agricultura y Cría, fue un hombre que se adelantó a su tiempo; percibió y comprendió adecuadamente los principales problemas de la Venezuela de su tiempo.

Complementó sus conocimientos académicos adquiridos en la Universidad Central de Venezuela, donde inicia sus estudios de Derecho, carrera que no concluye, pero le permitirán acercarse algunas disciplinas como economía política, luego prosigue sus estudios en la prestigiosa Universidad de Ginebra donde se gradúa de economista. Su experiencia en el mundo diplomático es realmente interesante, ejerciendo el papel de Cónsul y luego como secretario como parte el personal de la Delegación en Ginebra, en la Sociedad de Naciones por lo que debe haber redactado muchos de los informes o memorandas que transmitía a Venezuela. Comprendió a cabalidad los complejos problemas que aquejarían a la nueva sociedad europea luego de la Belle Epoque. Con está experiencia organizacional, que le será útil en su paso por el Ministerio de Agricultura y Hacienda, en las labores que le encomendará el Presidente López Contreras en 1936, hasta su fallecimiento.

En ese aspecto, la vivencia Europea le amplió el mundo intelectual y profesional. Quizás haya sido el venezolano de su tiempo y momento con mejor formación y conocimiento de los problemas de su época. Estudia a David Kynley, John Maynard Keynes (a quién conoce), Thomas L. Eliot, Chester H. Rowell entre otros, vive el debate intelectual de Europa de la postguerra, en sus diferentes vertientes y dimensiones, tanto políticas, económicas y filosóficas. Eso le hace tener un pensamiento amplio y transdisciplinario para analizar los problemas de su tiempo y época. Sus estudios sistemáticos tanto de Ginebra como de Londres, le llevo a profundizar en la sociología y la economía. Lee y estudia The Ende of Laissefaire, de John Maynard Keynes por ejemplo, que le hará tener un postura crítica del liberalismo y al papel del  Estado en la economía y en la política, porque considera que el Estado debe involucrase más en la ordenación de la economía y en las relaciones internacionales, tanto en su dimensión política como en la economía internacional. Ve el surgimiento de la segunda fase  de la globalización, aunque no lo conceptualicé como tal.

Así las cosas, conoció y tuvo la posibilidad de empaparse del trabajo global del organismo (la Liga de las Naciones), adquirió los conocimientos indispensables para manejarse no sólo en el trabajo diario de la Representación venezolana sino además, en la organización multilateral, aprendió el arte de la negociación y a través de las comisiones que integraban el trabajo de la delegación venezolana en Ginebra es probable que Adriani, centrará su trabajo en la primera comisión la que se dedicaba al estudio de cuestiones jurídicas y constitucionales del organismo y en la que estaba dedicada a las cuestiones económicas y financieras de la Sociedad de Naciones.  Adriani, se identifica así pues, con el ideal que irrumpe con la  Sociedad de Naciones en su visión política. Es un defensor del multilateralismo. En su última experiencia internacional en la Unión Panamericana, antes de regresar a Venezuela, aplicara lo aprendido en esos años, tanto en Ginebra como en Londres.

El 14 de julio de 1926, Adriani recibió una carta de Esteban Gil Borges invitándolo a colaborar en la Unión Panamericana, Adriani acepta el ofrecimiento. En el período comprendido entre agosto de 1926 y enero 1928, se abocó al trabajo preparatorio de la sexta Conferencia Panamericana a la que asistió como Secretario de la Delegación de Venezolana, y también el 23 de febrero de 1927 fue nombrado delegado de Venezuela junto con el Dr. Guzmán Alfaro a la Tercera Conferencia Comercial Panamericana que tuvo lugar en Washington del 2 al 5 de mayo de 1927, aquí Adriani también representa a la Cámara de Comercio de Caracas, se crea al seno de la Unión una Oficina o Sección de Cooperación Agrícola. Adriani redactó la Sección Agrícola del Boletín de la Unión Panamericana. Debe resaltarse aquí el papel fundamental que va jugar en la organización y preparación de la Primera Conferencia Interamericana de Agricultura, Selvicultura e Industria Animal, acordada por el Consejo Directivo de la Unión Panamericana. Es el gran estadista y con sobrada auctoritas, de los primeros 40 años de la Venezuela, del siglo XX. Hoy su pensamiento y obra, está más vigente que nunca ante la ineficacia de los últimos ministros de Hacienda, en este siglo XXI.

 

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