La ayuda humanitaria es un mecanismo de solidaridad o cooperación urgente y puntual para aliviar las penurias de las poblaciones que han sufrido o sufren una crisis alimentaria, médica o social producida por una grave situación que puede ser el producto de una crisis bélica, política o desastres naturales.
Esa solidaridad hacia las poblaciones de un país en crisis alarmante, va dirigida a toda la comunidad que sufre y no solo a un grupo y tiene diversas formas de actuación usando para ello a ONGs o a instituciones caritativas reconocidas; organismos internacionales como la ONU, la Unión Europea, la OEA, ACNUR, Cruz Roja Internacional, o asociaciones solidarias de venezolanos en el exterior.
La ayuda humanitaria se da tanto dentro como fuera del país. Por ejemplo, el desequilibrio producido por el éxodo de refugiados venezolanos a ciudades fronterizas como Cúcuta o Boa Vista ha hecho que los gobiernos de Colombia y Brasil se hayan dirigido al SG de la ONU, al ACNUR y a otros organismos Onusianos para pedir ayuda humanitaria ante la crisis, y la han recibido para los venezolanos.
Ante situaciones graves que existen en otras partes del Mundo (Siria, Afganistán, Sudán, África Sub-sahariana, Myanmar, etc) ninguno de sus respectivos gobiernos despóticos se ha atrevido a rechazar la ayuda internacional ya que saben que se trata de solucionar las penurias, inclusive en zonas ocupadas por los opositores.
Pero en el caso de Venezuela, en la que la Comunidad Internacional ha ofrecido la disponibilidad de ayudarnos, nos encontramos con el régimen de Maduro que actúa con su política de avestruz al negarse a reconocer la profunda crisis existente. ¿Acaso si se ayuda a las poblaciones pobres que sufren, sean chavistas o no, no se está ayudando a solucionar un problema? No se entiende porque el régimen se niega obstinadamente en aceptar una ayuda que favorece a los venezolanos, especialmente a los más pobres, mientras que la gran crisis humanitaria es reconocida por instituciones privadas (CARITAS) o internacionales (ACNUR) dispuestas a mitigar la enorme penuria.
La Declaración de Viena y el Programa de Acción de Viena suscrito en 1993 establece los mecanismos humanitarios de solidaridad y de ejecución de los principios consagrados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos para la efectiva defensa de la dignidad humana. Y por ello es que no se entiende la posición de un régimen que miente al identificar una labor de solidaridad tan generosa con una acción militar intervencionista , ya que ello no tiene nada que ver con la realidad de una labor solidaria reconocida en todo el Mundo.
@milosalcalay