El Presidente Donald Trump ha decidido retirar por segunda vez a EEUU de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), también se ha retirado Israel, una decisión poco trascendente para muchos, pero que se incorpora como elemento adicional en lo que se está calificando como su “doctrina del abandono”, pues el Presidente Trump ya se ha retirado de varios compromisos importantes y otros están en la lista de espera. Adicionalmente, la decisión confirma su poco interés por las relaciones internacionales, particularmente por el multilateralismo. Ahora bien, por otra parte, puede generar señales sobre un proceso de deterioro y reducción del liderazgo norteamericano en el contexto mundial.
Entre los argumentos que se difunden para justificar la decisión destacan, entre otros, el cuestionamiento al carácter intervencionista de las organizaciones internacionales, para el gobierno norteamericano los temas que maneja la UNESCO son parte de la libre creación de los ciudadanos y no requiere de mayor intervencionismo gubernamental. También se destaca la ineficiencia de la organización para EEUU, dado su nivel de desarrollo; la significativa burocracia de la organización, el manejo poco eficiente de sus recursos y los altos costos para EEUU, que carga con el mayor porcentaje de su presupuesto. Finalmente, otro de los argumentos tiene que ver con una supuesta actitud agresiva de la UNESCO contra Israel, su principal aliado.
Un primer aspecto reflexivo sobre la argumentación expuesta, constituye un alerta, pues con tales argumentos el gobierno de EEUU se podría retirar de todo el sistema de las Naciones Unidas, pues tampoco le debe generar mucho interés su participación, entre otras, en la organización sobre la infancia (UNICEF), las migraciones (ACNUR), la alimentación (FAO) o el desarrollo industrial (ONUDI). Los argumentos contra la UNESCO pueden ser útiles contra las demás organizaciones multilaterales, con esta amenaza nos enfrentamos como parte de la “doctrina del abandono”.
Sobre el carácter intervencionista de las organizaciones internacionales, conviene recordar que el primero retiro de EEUU de la UNESCO, que ocurrió en la presidencia de Ronald Regan en 1985, junto con Gran Bretaña y Singapur, se fundamentó en el rechazo al proyecto del Nuevo Orden de la Información, que promovía en esos años la UNESCO y, que a criterio del gobierno norteamericano, representaba el control de la información y los medios de comunicación por los gobiernos. Tal preocupación puede ser cierta, de hecho en Venezuela estamos viviendo el control del gobierno de la información, la progresiva eliminación de los medios críticos y la justificación de su control totalitario con falsas y manipuladoras argumentaciones como “la información veraz”.
Ahora bien, para enfrentar un problema como el referido la mejor opción es mantener la lucha y la denuncia desde adentro de la organización, conformando grupos de apoyo tanto de los gobiernos, como de la sociedad civil. Con el retiro se facilita que la tendencia autoritaria pueda controlar mayores espacios.
La tesis que la UNESCO resulta ineficiente para la primera potencia del Mundo, además de la arrogancia que implica, ratifica la postura de maximizador individualista, poco interesado por la situación de los más débiles de la comunidad internacional. Por otra parte, lo paradójico de la situación es que en la campaña presidencial, el candidato Trump resaltó el nivel de pobreza de su país; en consecuencia, pudiera ser que el sistema multilateral en alguna medida pudiera ser útil para enfrentar la creciente pobreza norteamericana.
El Presidente Trump no ha logrado aún comprender que en el mundo global, para lograr soluciones efectivas, se requiere de la negociación y la cooperación. La actuación maximizadora individual puede beneficiar temporalmente, luego resulta poco eficiente. Por otra parte, la solidaridad con los más débiles representa un valor fundamental para enfrentar las serias amenazas que conlleva la dinámica global.
Las críticas al funcionamiento administrativo de las organizaciones internacionales no se resuelve con el retiro, por el contrario, para enfrentar practicas intervencionistas o manejos administrativos fraudulentos o poca transparencia, la mejor opción es el trabajo desde adentro intenso y permanente; seguramente con el esfuerzo se lograran aliados que respalden la cruzada y, progresivamente, se lograran cambios en la organización..
En relación al argumento sobre la actitud anti-Israel de la UNESCO, se pueden apreciar algunos elementos. En efecto, fue la UNESCO la primera organización que aprobó la incorporación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), como miembro en el 2011, lo que conllevó sanciones administrativas del Presidente Obama contra la UNESCO. Empero, creo que de nuevo nos encontramos con otra confusión, si se quiere apoyar a Israel, lo mejor es permanecer dentro de la organización, el retiro facilita el trabajo de los contrarios. Por otra parte, si se quiere lograr la paz en el Medio Oriente, como lo ha anunciado el Presidente Trump, y sería algo muy positivo, con esta decisión tan atada a Israel, el gobierno del Presidente Trump pierde la confianza del Medio Oriente como un posible mediador equilibrado.
El proceso bolivariano también menosprecia las organizaciones multilaterales por los controles que tienden a imponer frente a la violación de los derechos humanos. Como se puede apreciar, la defensa del sistema multilateral es otra de las tareas que debemos promover los defensores de la democracia, pues representa uno de los medios que, desde la perspectiva internacional, nos apoya para avanzar en nuestra lucha.