Trump lanza papel higiénico a los ciudadanos de Puerto Rico.

En ocasión de la corta visita que realizó el  Presidente Trump a Puerto Rico y los comentarios generados por sus lamentables declaraciones sobre la magnitud del desastre ocasionado por el Huracán María comparativamente con lo que Katrina dejó en Luisiana o Harvey en Miami, es oportuno señalar la combinación de esfuerzos colectivos globales y regionales para atender el manejo de emergencias y desastres en El Caribe.

En este contexto resalta el trabajo que realiza la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea (AEE) para identificar los daños generados con el paso del Huracán María en El Caribe. Vale la pena señalar que es un trabajo más amplio en el que se incluyen los anteriores Huracanes Harvey e Irma.

El aterrizaje del Air Force One el 3 de octubre, en suelo boricua, con todo el equipo de funcionarios federales civiles y de seguridad deja una estela de críticas y sinsabores sobre el posible cambio en la rapidez y eficiencia de apoyo de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) como agencia centralizadora de los programas de “ayuda” para Puerto Rico. Si bien hay expectativas prudentes con la reunión de trabajo técnico, las declaraciones del Presidente Trump y el manejo mediático de la distribución de harina, celulares y papel higiénico dejan mucho que desear.

En todo caso hay una realidad concreta que requiere atención, seguimiento y acciones concretas no solo con las poblaciones afectadas sino “en el terreno”. Las magnitudes son propias y sensibles para Puerto Rico pero también para otros territorios insulares como Dominica, Barbuda, Tórtola, San Martin, con distintos grados de autonomía y capacidades de ejercicio de relaciones internacionales para concurrir a Fondos y Ayuda Internacional.

El debate sobre el estatus de Puerto Rico vuelve a la palestra. La urgencia es la etapa actual, pero la emergencia se prolonga en el tiempo por la magnitud de la devastación de franjas del territorio. Si la ayuda pasa por el filtro de la quiebra y el cobro de deudas, sobran razones para preocuparse sobre el futuro de Puerto Rico.

El dicho “lo peor de dos mundos” golpea la realidad de Puerto Rico en este momento. Por una parte, la precariedad por el desigual trato en la celeridad de acciones por parte de Washington y FEMA. Por otra parte, la imposibilidad de concurrir a programas de ayuda/cooperación internacional debido a los límites que impone le condición jurídico-política de “Estado Libre Asociado”. Esto es lo que ha llevado a discutir sobre el reprochable trato colonial que tiene Puerto Rico por parte de EEUU.

El Programa de Desastres de la NASA, dirigido por David Green, declaró a inicios de septiembre que se está llevando esta iniciativa a un segundo nivel  “para ayudar a forjar relaciones y compartir recursos de información críticos para la respuesta ante desastres desde la fase de alerta temprana hasta la de recuperación”. Es por ello que ha entregado a la FEMA un mapa de áreas en el este de Puerto Rico que han sido dañadas como resultado del impacto del huracán María.

Uno de los balances que amenaza con mayores secuelas en Puerto Rico es la situación en la zona aledaña a Loíza, tanto por los daños en la vegetación y en la amenaza que representa el desvío de afluentes del Gran Río Loiza o el desbordamiento del lago Loiza. De la treintena de embalses, el nombre oficial es Embalse  de Carraízo (nombre oficial) ubicado al noreste de la isla, en el municipio de Trujillo Alto, fue construido en 1954, se alimenta del Río Grande de Loíza y tributarios. Es la principal fuente de abastecimiento de agua de la zona metropolitana de San Juan.

El detalle del mapa de Puerto Rico  fue desarrollado, mediante combinación de varios recursos tecnológicos, con imágenes captadas con los radares de los satélites Copernicus Sentinel-1A y Sentinel-1B los cuales operan con apoyo de la AEE. Esta información fue divulgada a través de los medios el 30 de septiembre, días previos a la visita del Presidente Trump a Puerto Rico e Islas Vírgenes estadounidenses.

El grupo de mapas generados por NASA y AEE apoyan la identificación de daños y las acciones tanto de gobiernos como de agencias y organismos intergubernamentales y no gubernamentales, primero en el rescate de víctimas y acciones primarias de emergencia, pero también en los planes de recuperación y reconstrucción. En el caso de EEUU, apoyar a FEMA en la evaluación de daños en Puerto Rico así como en Islas Vírgenes estadounidenses, donde la Isla Tórtola es una de las más afectadas. Entre otros interesados en dichos mapas se encuentran países y agencias europeas, debido a las relaciones  como administradores (metrópoli) de territorio con distintos grados de autonomía (ex-colonias) e independencia, específicamente de Francia, Reino Unido y Reino de los Países Bajos. Seguramente,  organizaciones no gubernamentales de socorro y ayuda humanitaria también darán su propia lectura.

Todos estos eventos además de demandar conciencia y solidaridad ponen de manifiesto las urgencias señaladas por El Caribe y estados archipielágicos en la agenda del Cambio Climático, el calentamiento de los océanos y la mitigación de riesgos, entre otros. El (Gran) Caribe tiene un Dossier de propuestas y acciones concretas que siguen en desarrollo:

  1. La creación en 2005 de la Agencia del Caribe para el Manejo de Emergencias y Desastres (Caribbean Disaster Emergency Management Agency, CDEMA) avalada como plataforma regional por parte de la CARICOM y la OECS-OECO.
  2. La Resolución A/RES/69/216 “Hacia el desarrollo sostenible del Mar Caribe para las generaciones presente y futuras” de la Asamblea General de la ONU en 2016. Este es el resultado del trabajo iniciado en 2008 con la creación de la Comisión del Mar Caribe, cobijada por la Asociación de Estados del Caribe (AEC), con miras a lograr la Declaratoria del Mar Caribe como Zona Especial en el contexto del desarrollo sostenible.

En tecnología y en diplomacia se evidencia la suma de esfuerzos regionales en torno a temas de interés como el manejo de desastres y la protección ambiental, entre otros. CEDEMA y la Zona Especial son dos cartas de presentación caribeñas. Ante el reciente retiro de EEUU del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, con la firma de una Orden Ejecutiva del Presidente Donald Trump, y sus declaraciones marcando distancias con los programas de protección ambiental, vale la pena explorar las calificaciones en las “cartas de buena conducta” de los gobiernos-países.

@mirnayonis

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