Un excelente discípulo, hoy buen amigo y colega de preocupaciones por el acontecer mundial, me consultó sobre un conjunto de situaciones que afectan las Relaciones Internacionales. Me permito reinterpretar sus preguntas. Entre éstas destaca: ¿cuáles son las razones que explican la conflictividad de Siria y la intervención rusa en ese conflicto?

Creemos que la implicación directa en ese conflicto, por parte de Rusia, responde a un intento por manejar, en términos de máximo beneficio, su presencia en la zona del Mediterráneo. No olvidemos la inversión hecha a lo largo del tiempo, primero el soviético, después el ruso, en las costas sirias, para construir las bases navales de Tartus y de Lakatia; luego, esa implicación en ese conflicto, hoy le ha permitido a Putin, promover su liderazgo a nivel global para negociar con Occidente cualquier salida en la que Rusia obtenga beneficios. También hemos dicho, en otros contextos, sobre la importancia que tiene su presencia en la zona, pues, ellos, los rusos, saben de la importancia  que tiene la presencia musulmana en su país. La vecindad con el Cáucaso, natural esfera de influencia rusa, hoy se ve amenazada por los efectos expansivos del radicalismo musulmán. Cualquier negociación en la zona en conflicto dejará vasos comunicantes con el liderazgo sirio, independientemente de si están con Bashar al-Assad o no.

En otro orden de ideas, no menos importante, reside en el “contencioso” entre Rusia y Turquía. De ser cierto que Turquía compra petróleo barato a grupos vinculados a Dáesh, entonces para Rusia debe ser cuesta arriba no encontrar puntos comunes con Erdogan. Rusia se verá obligada a buscar una salida al tema kurdo para beneficiarse de ese conflicto. El sacrificio a los menores es la regla de oro en todo conflicto. Recuérdese a Tucidides: “Los poderosos hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben”. Es un conflicto que puede desequilibrar a la Rusia de Putin, ahora que está en él. Ya entraron, ahora el problema es cómo salir y lucir victoriosa.

Personalmente creo existen motivos para considerar que el Mundo en la actualidad se observa dominada por el desorden producto de la transición del sistema internacional. La presencia rusa en el Medio Oriente presagia cierto desplazamiento de EEUU de la zona. No obstante, la pregunta es si Rusia tendrá el suficiente fuelle para mantenerse en ella.

Los analistas rusos hablan de realismo político cuando en buena medida también se refieren a viejas obsesiones. Ésta, no es sino su particular creencia, por demás ancestral, según la cual ella saldría beneficiada de los conflictos y disensos internos que persiguen y acogotan a Occidente. No es sólo eso. Es parte del asunto. El caso es el papel histórico de Rusia, primero del imperio zarista, luego, imperio soviético y de nuevo imperio, pero, bajo la forma de la Federación rusa  con Vladimir Putin al frente; la lógica rusa apunta a que ellos intervienen en cualquier juego, sólo si observan posibilidades de sacar ventajas en un tablero donde pululen los enfrentamientos, para luego imponer sus condiciones.

Desde el liderazgo de Pedro “El Grande”, Catalina “La Grande”, Alejandro I, Alejandro II, Lenin, Stalin, Gorbachov e incluso el mismo Putin han actuado con esa misma lógica y estilo de trabajo. Tal metodología reflexiva promueve el rechazo y desprecio frente a cualquier dogmatismo axiológico de la política. Rusia busca “asimilar” a factores políticos extraños que generen beneficios crematísticos, políticos y geopolíticos. No importa si éstos factores cometen crímenes o roban a placer, mientras hablan de “procesos revolucionarios” inéditos; además, que se venden cual “revolucionarios novedosos” del siglo XXI.

Los rusos no creen en ese discurso que apunta más bien a repetir la visión idealista de los bolcheviques antes de llegar al poder a principios del siglo XX. Rusia lo que buscan es beneficio directo y debilitar a Occidente para tratar de equilibrarlo. La racionalidad para ellos indica que deben actuar por encima de los valores morales; sólo intereses. Por lo que, para ellos es fácil vincularse a algunos actores políticos ávidos de reconocimiento no importa si son propietarios de los titulares mediáticos donde se les señala por su inmoralidad, mientras hablan en nombre de una axiología revolucionaria en la que no creen al confiscar el concepto de “revolución” y en su lugar lo que han generado es miseria y hambre.

No obstante, Rusia a pesar de ser un país que, físicamente hablando, ocupa una sexta parte de la tierra; posee grandes reservas de materias primas (petróleo, gas y uranio) y en el campo científico ha desarrollado una elite de pensadores de primer orden; luego, tiene armas para destruir al Mundo, pero, su elite política piensa al Mundo en términos de una limitada proyección geopolítica. Lo único que busca es sobrevivir y convertirse en uno de los grandes jugadores del tablero de ajedrez geopolítico mundial. Siria y el Medio Oriente lo confirman.

@eloicito

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