El Elefante y el Dragón, siempre fueron vistos con una lente muy particular. En el caso del primero, la percepción era que éste, es un animal de circo que exhala lentitud, gran tamaño y cuya trompa asusta a quien lo pretende tocar. En cuanto al segundo; bueno, éste, siempre fue ficticio, muy presente en los cuentos infantiles y en películas, particularmente provenientes de Hollywood y luego, gracias a la explosión, -en los años 60, 70 y 80 del siglo XX- de las artes marciales con Bruce Lee, como su exponente más significativo. Siempre veíamos los títulos cinematográficos con el nombre del Dragón en sus más diversas expresiones: el regreso del, el puño del, el regreso del, la tormenta del y la cola del, todas con ese ficticio animal presente.
Hoy estos animales, se muestran en lo internacional, por ejemplo, la India es el Elefante. Este aparece y es visto como el animal, cuya economía es muy dinámica y compleja; por su parte y, en esa misma ecuación, aparece China. Ambas economías han conocido, en los últimos años, un explosivo crecimiento. Son unos consumidores de todo tipo de materias primas que ellos no poseen o bien disponen poco. Entre ambas, por ejemplo, ostentan el rol de ser grandes consumidores de petróleo, a pesar de los bemoles presentes en sus economías.
Esta realidad muestra cómo se modifica el juego, entre productores y consumidores, en el mercado petrolero. Esto es, pues los grandes productores de petróleo buscan las vías para acceder a estos mercados sedientos del oro negro. Nuevas rutas se construyen para tales fines. Mientras los compradores, como la India, promueven mecanismos para satisfacer su demanda sin sacrificar su independencia geoestratégica. No quieren depender de un solo vendedor, por lo que buscan en África el producto. No se han casado de por vida con los países árabes, especialmente los de la OPEP.
En el caso chino, observamos como para el año 2010, Rusia garantizaba el 7% del total del consumo petrolero del Dragón; mientras que Arabia Saudita le garantizaba a ese mismo Dragón el 20%. Pero, hoy en 2016, China le compra a Rusia mucho más petróleo en comparación con lo que le vende el reino saudita. Hoy resaltan en las noticias que Arabia Saudita es el octavo vendedor de petróleo a China, superado por otros factores. Rusia está en la jugada al promover precios de mayor seducción; en tanto que Arabia Saudita ha perdido presencia “petrolera” en el Dragón, por sus precios poco atractivos.
Nigeria, por su parte ha ido ocupando espacios más interesantes en la economía india. Hoy Nigeria está en el primer lugar en la economía india, mientras que Arabia Saudita paulatinamente es destronada con los tambores africanos. Todos buscan satisfacer sus realidades y Nigeria lo ha hecho al reducir los precios de su petróleo, aún más bajo que el petróleo Brent. Los indios, de conformidad con el esquema de Pareto: “nadie quiere perder”, optó por abrazar la opción nigeriana: comprar petróleo a un precio más reducido.
Tanto la India como China se han aprovechado de las dimensiones de sus propios mercados para llevar una negociación que les favorezca. Ambos piensan en sus países y no en ideologías trasnochadas. Reconocen que el mercado es el mercado y que la oferta es mayor que la demanda.
La India ha logrado importar el 80% de lo necesario para el país, en materia petrolera. Su gobierno, dirigido por el líder Narendra Modi promueve la seguridad energética; también otras medidas económicas, como el de la industrialización. Ésta, observa una lenta, cual Elefante, pero constante y dinámica política económica que le garantice a la India la satisfacción de sus necesidades en cuanto a recursos propios, por lo que están obligados a tomarlos del exterior. Venezuela no debe obviar esta política, pues Guyana está poblada en buena parte por individuos provenientes de la India.
La demanda de la India, sostiene el Dr. Kenneth Ramírez, crecerá más rápido que en cualquier otro país en las próximas décadas, ascendiendo a 10 MMBD en 2040; mientras la dependencia de las importaciones que saltó desde 43% en 1990 hasta 76% en 2015, alcanzará 90% en 2040 según la Agencia Internacional de Energía.
Venezuela debe observar que la India desarrolla e impulsa una política que satisfaga su apetito y su sed de materias primas, especialmente de petróleo. Basta ponderar como Siberia, la región rusa ha sido visitada por los especialistas indios. Tres empresas de ese país han comprado paquetes de acciones de ciertas compañías petroleras locales. Normalmente, el petróleo que viene de Siberia es refinado en sitios cercanos para los rusos, pero la India prefiere transportarlo hasta sus refinerías para venderlo en mercado libre. Es un negocio y no se sabe cuáles otras implicaciones están tras esta jugada, aparentemente banal.
Los mercados asiáticos están en un momento interesante y de desarrollo substancial. Las compañías chinas son los nuevos poderes en el comercio internacional. China y la India aprovechan la circunstancia que los precios del petróleo, hoy están en baja, y que la oferta está sobredimensionada, para obtener ventajas. Ellos forman nuevos esquemas de asociación en los que siempre buscan su beneficio. Pretenden ser jugadores de grandes ligas en detrimento de los anteriores, léase los EEUU, Inglaterra y la Unión Europea. Estamos en una crisis y cada una de ellas, históricamente, introduce cambios. En este caso, la actual crisis ha introducido la siguiente variante: el poder ha sido transferido de los productores a los consumidores. El Elefante se mueve lento, pero seguro; mientras el Dragón, ficticio o no, lanza fuego en su agresivo y verdadero “salto adelante” en procura, como la India, de materias primas. Lamentablemente el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela no ha querido comprender esta cruda realidad, pues la ceguera impuesta por los condicionamientos ideológicos no lo permite, mientras Venezuela sufre y lo más grave……será peor.
@eloicito